Castilla y León no cerrará colegios a pesar del incremento del número de contagios. La consejera de Educación, Rocío Lucas, ha insistido en que las aulas son “espacios seguros”, responsabilizados con el control de la pandemia, y que la educación es un derecho esencial que hay que preservar. “Seguimos considerando que las aulas son lugares seguros, se ha producido un mayor impacto a la vuelta de vacaciones de Navidad pero seguiremos poniendo todas las medidas necesarias para que el entorno de las aulas sea igual de seguro que está siendo hasta ahora”, destaca Lucas.

Lucas ha admitido así que, al regreso de las vacaciones navideñas, han sido clausuradas más aulas como “medida preventiva” debido al incremento exponencial de contagios en las calles y sociedad, pero no en un porcentaje lo suficientemente importante como para confinar a los centros educativos afectados.

“Consideramos las aulas entornos seguros, más teniendo en cuenta que tenemos también como obligación el garantizar un derecho esencial, un derecho fundamental como es la educación.” Y es que, añadía Lucas “somos conscientes de que se produjo un cierre de educativo en marzo del año pasado pero en un contexto muy distinto al de ahora” - se produjo en un entorno de un confinamiento general- en ese momento se decretó un Estado de Alarma que conllevó el confinamiento y con ello el cierre de la aulas.

La Junta sigue apostando por las medidas de seguridad y ya ha encargado en torno a 17.000 medidores de CO2 para regular la ventilación en las aulas, que comenzarán a llegar la próxima semana, además se sigue trabajando en combatir el absentismo escolar por el temor al virus con medidas de concienciación.

En la actualidad son casi 370 aulas las cerradas, “no siempre por casos positivos en el alumnado”, sino por haberse producido en su entorno familiar eso supone, poco más de un 2 por ciento de las aproximadamente 17.000 aulas escolares existentes en Castilla y León.