La pandemia ha supuesto un gran desafío para la investigación. Una enfermedad nueva que ha derivado en la necesidad de saber cómo afrontarla, cómo combatirla y cómo abordar el manejo clínico. Cuestiones que, un año después del estallido de la crisis sanitaria, continúan planteándose los propios investigadores. En este camino no exento de dificultades, cabe mencionar los avances alcanzados desde el Hospital Río Hortega de Valladolid tras su participación en los proyectos CORONABIO y CIBERES-UCI-COVID. El estudio revela que la carga viral en plasma y la presencia del antígeno del virus en sangre son herramientas “eficaces” para detectar precozmente a los pacientes que van a tener un pronóstico grave o incluso que van a acabar en UCI.

“La información es poder”, nos relata uno de los coordinadores de la investigación, el Doctor Jesús Bermejo. Él, junto al investigador José María Eiros y los doctores Antoni Torres y David Kelvin, han concluido que los pacientes críticos tienen mucha replicación vírica. Este teoría es “rompedora” al tratarse de un virus respiratorio y refuta la tesis de que en la fase crítica el virus “ya no importa tanto”. Confirmaron que cuanta más carga viral en plasma, mayores niveles de marcadores de inflamación, daño endotelial y tisular, lo que demuestra que el virus “juega un papel central en la patogénesis de la enfermedad grave por COVID-19”.

Estos resultados apoyan que se siga investigando en encontrar tratamientos antivirales eficaces los cuales deberían combinarse con los tratamientos anti-inflamatorios que actualmente se administran a los pacientes más graves. En opinión de los investigadores, medir la carga viral en plasma y la presencia de antígeno del virus en sangre podrían ser herramientas útiles para detectar precozmente a los pacientes que se van a complicar. Este test en sangre que ya se está realizando en Hospitales como el Río Hortega de Valladolid añade una información adicional al médico de urgencia o en planta y le permite tener una respuesta anticipada. “Cuando se dispone de una información previa del pronóstico del paciente, te da margen para tomar medidas de ingreso hospitalario o en UCI de un modo más precoz”, apunta el Doctor Bermejo.

Dentro de este proyecto, las UCIs de los hospitales de Valladolid, Salamanca, Segovia, Palencia, Burgos y León están aportando un número significativo de muestras e información. Este trabajo multidisciplinar cuenta asimismo con la colaboración de microbiólogos de los Hospitales Río Hortega y Clínico de Valladolid, León, Burgos y Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, intensivistas del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y Vall d’Hebron de Barcelona, entre otros especiaistas.