La agricultura en la provincia de Segovia supone la utilización de más de 400.000 hectáreas de terreno. De ellas, serían tierras labradas más de 260.000 hectáreas, aunque cerca de un 20% en barbecho, según datos del Censo Agrario del INE. El resto, hasta superar las 500.000 hectáreas lo compondrían pastos permanentes y otros usos. Dentro de los cultivos herbáceos, predominan los cereales para grano, que ocupan más de seis de cada diez hectáreas, seguidos por los cultivos industriales y forrajeros, aunque con presencia menor. En materia forestal, la provincia segoviana se ha mantenido por encima de los promedios regional y nacional. La extensión supera las 180.000 hectáreas.

La implantación del regadío es escasa y se establece por debajo del 10%: en 2009 era del 6% y, en 2016, había subido al 8'4%, frente al 14'6% de media que presenta el global de Castilla y León. Dentro de este ámbito, sobresale el cultivo hortícola en la comarca de El Carracillo. Al margen, algunas áreas del centro de la provincia y de las riberas de los ríos. Otro problema endémico es la reducida dimensión media de las explotaciones.

Con todo ello, el cereal ha sido el cultivo predominante, con una superficie media cultivada de unas 170.000 hectáreas, que arrojan un rendimiento medio de unas 500.000 toneladas. El predominio de la cebada es claro, seguida del trigo y, a mayor distancia, el centeno. A continuación, se sitúan las hortalizas, cuyos cultivos ocupan unas 3.500 hectáreas, con una producción de unas 150.000 toneladas. Es decir, casi una tercera parte de la de toda Castilla y León. Aquí se enumeran zanahorias, puerros, cebollas, ajos, lechugas, maíz dulce y endibias. Más del 80% se dan en El Carracillo, donde aparece asociada, además, la industria agroalimentaria. Cabe citar también el Judión de La Granja, que cuenta con su Marca de Garantía. Igualmente, se da el cultivo de plantón de fresa en unas 800 hectáreas, que albergan unas 500.000 plantas. La campaña de recogida emplea unas 3.000 personas y la producción se destina a viveros andaluces, además de exportarse en parte.

Entre los cultivos industriales se cuentan la remolacha azucarera, el girasol y la colza. Mientras, los forrajeros no llegan al 2% de la región, con presencia de alfalfa, maíz forrajero y veza. La patata supera el 10% de la producción de Castilla y León. Asimismo, las leguminosas en grano equivalen al 3% del total autonómico, con guisantes secos, yeros o el garbanzo, entre el que sobresale el de Valseca, con Marca de Calidad propia, aunque su producción ronda las 60 toneladas obtenidas en unas 70 hectáreas de terreno.

En cuanto a los viñedos, está presentes en algo menos de 2.000 hectáreas, que granjean entre 10.000 y 13.000 toneladas. Son la base para vinos de las denominaciones de origen Ribera del Duero, Valtiendas, Rueda y Vinos de la Tierra de Castilla y León.

A pesar de que la recta final del siglo XX supuso una tendencia a reducir el sector agropecuario segoviano, su presencia es superior a las medias regional y nacional. Tras el cambio de siglo, uno de cada diez segovianos, se empleaban en este sector, del que procedía el 9% del PIB provincial, casi tres veces superior a la media nacional y una vez y media superior a la regional. A ello contribuye el desarrollo de la industria agroalimentaria. De 2010 a 2015, supuso el 5'6% del PIB segoviano, lo que equivalía a superar en 1'2 puntos la media de Castilla y León y en 3'2 puntos la media española.

Según datos del INSS, a finales de 2017 había cerca de 6.800 trabajadores en el ámbito agropecuario. Prácticamente la mitad eran autónomos, duplicando la media nacional, aunque ligeramente por debajo de la regional. Además, la particularidad que aporta la estacionalidad conlleva una oscilación importante.

Este artículo está patrocinado por: Hortalizas DON REMONDO, CONTECA, Sistemas FERNANZ, Agrícola Puente Moreno, Lácteos artesanos MONCEDILLO, O. PALOMO, ASAJA Segovia, Asociación para el Desarrollo del Garbanzo de Valseca, Carma OCASIÓN, Alimentos de SEGOVIA, Maquinaria AGRIBEN y Puente AGROINDUSTRIAL