La delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, acompañada por el subdelegado en Burgos, Pedro de la Fuente, ha visitado esta mañana la localidad de La Vid y Barrios donde el Ministerio de Fomento ha reparado los daños estructurales que el paso del tiempo había causado en el puente del siglo XVII, de 136 metros de longitud, sobre el río Duero.

Esta estructura se integra en la antigua carretera nacional N-122. En una inspección principal realizada en marzo de 2018 se detectaron una serie de daños de gravedad en este puente. Había fisuras longitudinales generalizadas en la unión de la bóveda con el tímpano y en la fragmentación e incluso se habían perdido piezas en todas las bóvedas pero sobre todo en el vano 8.

Los técnicos del Ministerio de Fomento valoraron la intensidad y extensión de los daños detectados, su gravedad y la conveniencia de llevar a cabo trabajos con carácter de emergencia para asegurar la estabilidad del puente. En el plazo de unas semanas, se realizó un levantamiento topográfico de la geometría del puente y se hizo una inspección subacuática para localizar todos los problemas y diseñar los procedimientos óptimos.

Según ha manifestado la delegada, “los vecinos de La Vid que han podido seguir estos trabajos se habrán dado cuenta de la magnitud y dificultad de las obras realizadas para regenerar y reparar las bóvedas y alzados de fábrica y las actuaciones llevadas a cabo en la plataforma y en la cimentación y también, para proteger el cauce”. “Ha valido la pena”, ha dicho, para pasar a felicitar “a los técnicos del Ministerio de Fomento y mi enhorabuena al pueblo de La Vid y Barrios, a sus habitantes, a todos los burgaleses y a todos los castellanos y leoneses porque hemos recuperado uno de nuestros emblemas patrimoniales, este puente singular que estaba seriamente amenazado por el paso del tiempo”

Hubo que tener en cuenta, por una parte, la búsqueda de soluciones a las fallas estructurales y de cimentación, y por otra, que las obras que se realizasen se hicieran con criterios patrimoniales de rehabilitación para respetar la estética y morfología original, ya que el puente fue edificado en el siglo XVII y cuenta con una dilatada historia. Se terminó de construir en 1622 para salvar el río Duero a la altura del monasterio de La Vid. Es de tipo arco de fábrica de sillería y tiene diez vanos. El estado de esta estructura se debía a un conjunto de procesos de deterioro debidos, fundamentalmente, al paso del tiempo.

La actuación ha sido integral para frenar estos procesos y restituir las capacidades del puente que son perfectamente compatibles con los niveles de servicio actuales. Las obras de emergencia realizadas por el Gobierno de España, a través del Ministerio de Fomento, han costado 840.000 euros.

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