El arzobispo de Burgos, mons. Mario Iceta, recibirá el 10 de julio el palio arzobispal de manos del Nuncio de Su Santidad en España, Bernardito Auza. La visita a Burgos del rey de España, Felipe VI, para inaugurar las Edades del Hombre en la Catedral el próximo 29 de junio conllevará este cambio de agenda.

Es tradicional que el día de San Pedro y San Pablo, el 29 de junio, el arzobispo que toma posesión de cada archidiócesis acuda en su primer año como pastor al Vaticano para que el Papa le haga entrega de este distintivo que solo portan los arzobispos y que es símbolo de la comunión de estos con Su Santidad. Un evento que ha impedido en las últimas ocasiones al arzobispo disfrutar del que es también el día grande de la ciudad. Pero este año, don Mario Iceta, que pronto cumplirá su primer año como pastor de la archidiócesis burgalesa, sí que podrá estar presente en la capital tanto en la festividad de San Pedro y San Pablo como en la recepción de su majestad el rey.

La imposibilidad de acudir al Vaticano no será impedimento para que monseñor Iceta pueda recibir el palio arzobispal. Todo parece indicar que el 10 de julio pueda ser un día de fiesta con la celebración de una eucaristía en la que podrían participar, además, los pastores de otras diócesis.

El palio arzobispal es una banda estrecha de lana blanca cosida en forma circular y adornada con cruces, de la cual caen dos tiras cortas en sentido vertical, sobre el pecho y espalda; que se coloca sobre los hombros de los arzobispos y algunos obispos como signo de autoridad y jurisdicción. Es, por tanto, un distintivo litúrgico cuyos orígenes se remontan al siglo IV y que es símbolo de la comunión que existe entre los arzobispos y el obispo de Roma, además de significar la misión de los obispos como “Buen Pastor” que lleva en hombros a sus ovejas.