El albergue de peregrinos de Burgos ha reabierto sus puertas este martes tras seis meses de cierre y con una deuda de miles de euros, acumulada por la situación generada por el covid-19, a la espera de recibir la ayuda de 50.000 euros comprometida por el Ayuntamiento de la ciudad, dado que la gestión está en manos de la Asociación de Amigos de Camino de Santiago.

El presidente de esta asociación, Jesús Aguirre, ha explicado que han adaptado el espacio a las medidas de prevención de la covid-19, lo que ha requerido sacar del Expediente de Regulación Temporal de Empleo a sus tres trabajadores, para dar servicio a los peregrinos, pese a los incrementos de gastos que sigue afrontando la asociación, que ya acumula un "agujero económico importante, al mantener las instalaciones pese a la ausencia de peregrinos".

Para la reapertura del albergue, miembros de la asociación han visitado otros albergues del Camino para intentar adoptar las medidas más adecuadas contra el coronavirus, más allá de lo que marca la normativa,

"No hay que olvidar que estamos casi en vísperas de 2021, que será Año Santo Jacobeo, con lo que eso implica para Burgos, que es una de las ciudades emblemáticas del Camino de Santiago", ha recordado Aguirre.

La asociación seguirá asumiendo todos los gastos corrientes y coste de las adaptaciones, a la espera de la ayuda municipal, aunque también han solicitado que sea el Ayuntamiento el que asuma la limpieza y desinfección del ascensor que conecta la parte baja del albergue con la zona alta del centro histórico de Burgos, que hasta ahora también asumían pero que supone un gasto que "no se puede asumir más".