Las plazuelas, caminos y veredas de Puy du Fou se llenarán de luces y guirnaldas. En el Arrabal, los visitantes encontrarán a una castañera de preparando sus cucuruchos, a un pastor haciendo sus migas y "a la abuela Daniela cocinando sus exquisitas gachas". También podrán comer los churros con chocolate del padre Damián, beber el vino cliente que el tabernero Miguel saca de su alambique o el roscón de Reyes de la pastelera Beatriz.

Además de saborear estas delicias, quien visite el parque podrá deleitarse con los oficios de 15 artesanos de la zona, que expondrán sus productos, así como los trabajos de diversas asociaciones que venderán sus elaboraciones con fines benéficos.

Para rematar la experiencia gastronómica, el visitante podrá adentrarse en el restaurante El Buen Yantar para disfrutar de un menú compuesto por "productos de primera calidad y locales como ponche navideño, canelón de ave bañado en salsa de vino y mazapán".

Serán 17 días de emoción en los que los que la Navidad se mostrará en "toda su grandeza", pero en los que se podrá disfrutar de los espectáculos habituales del parque como El Último Cantar, A Pluma y Espada, Allende la Mar Océana y El Vagar de los Siglos.

Por ello ha animado a sacar las entradas que ya están a la venta --el importe mínimo es de 29 euros--, de una temporada en la que se esperan unos 3.000 visitantes por día y 4.000 en los sábados.

El consejero delegado de Puy du Fou España, Erwan de la Villéon, adelantó que el parque de la historia de España en Toledo culminará 2022 rozando los 900.000 visitantes, en su "primer año de verdad", ya que han podido materializarse las temporadas completas de primavera, verano y otoño tras la pandemia.