Llegó hace 4 años y 7 meses tras aguantar tres años y medio de guerra con bombardeos, falta de agua, de luz , de comida, medicamentos . Cogió a su mujer y a sus dos hijos y tras 18 horas de camino llegó a la frontera del Líbano. Un camino peligroso con constantes ataques de los grupos islamistas, un camino donde se quedaron otros amigos y compañeros de viaje. En Siria siguen viviendo sus padres y sus hermanos.

La situación actual tras ocho años de combates sigue siendo extremadamente difícil: " en Alepo, mi ciudad, aunque la seguridad es mejor, todavía hay grupos islámicos que siguen atacando la zona norte de la ciudad con bombardeos diarios, además  no hay electricidad un par de horas al día, ni agua y tampoco hay trabajo, no hay gasolina ni bombonas de butano, aunque hay veces, que con un poco de suerte y tras esperar una cola de cuatro horas se puede conseguir alguna".

Y la situación de los cristianos es todavía peor, dependen de la iglesia que desde hace cinco años les ayuda, pero desde hace un año se ha reducido esta ayuda en un 70%. Si antes te daban una caja de alimentos cada mes, ahora sólo te la pueden dar cada tres meses, los recursos son muy limitados. 

Fadi tuvo suerte, cuando llegó a España, encontró a una familia española en la JMJ que desde el primer momento les brindó su apoyo, junto con la Iglesia San Ildefonso de Toledo y Cáritas Parroquial de Toledo durante cuatro años. Y ahora es Fadi quien trabaja en Cáritas dentro del Programa de Cristianos Perseguidos. En enero pudieron enviar un contenedor con 10.000 kilos de ayuda humanitaria. "ahora estamos preparando el tercer contenedor para Siria y necesitamos de la colaboración de todos..."