La asociación de restos fósiles de especies halladas en el yacimientokárstico de Corral de Lobato, en Molina de Aragón, así como el estudio de sus rocas y sedimentos han permitido a un equipo de investigación liderado por la Universidad Complutense de Madrid reconstruir su ambiente, clima y ecología durante el Mioceno final, hace 7,1 millones de años.

Según Dánae Sanz Pérez, investigadora del Departamento de Geodinámicca, Estratigrafía y Paleontología de dicha universidad, "el interés científico de este trabajo reside en que se estudia un periodo temporal que registra la transición desde faunas más primitivas a faunas más modernas y en el carácter kárstico del yacimiento, algo muy excepcional en yacimientos de vertebrados previos al Cuaternario -anteriores a 2,59 millones de años".

La investigación, publicada en Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology, ha desarrollado técnicas multidisciplinares para la obtención de resultados, tales como la caracterización de rocas y sedimentos miocenos y el análisis de isótopos estables de carbono y oxígeno en esmalte dental de mamíferos fósiles.

En cuanto al estudio de rocas y sedimentos miocenos, Sanz Pérez ha explicado que "nos indican que nos hallamos en un sistema fluvial caracterizado por la presencia de cuerpos de agua efímeros, lagos y canales alimentados por un sistema kárstico local".

Carbono y oxígeno

El yacimiento registra enorme abundancia de restos óseos de mamíferos antepasados de caballos, hienas, gacelas, rinocerontes, ciervos y jabalíes. Analizar la señal isotópica del carbono en el esmalte dental fósil de los herbívoros permite conocer a los investigadores tanto qué plantas ingerían estos animales para así recrear sus dietas, como la cobertura vegetal existente en la zona de estudio durante el Mioceno final.

"Nuestra investigación apunta hacia la existencia de un ecosistema tipo mosaico con bosques abiertos y praderas húmedas así como zonas de pradera más abierta y algo más seca", ha señalado la paleontóloga de la UCM.

Por otro lado, el análisis de las señales de oxígeno en el esmalte dental desvela el agua que ingieren los animales. En este caso, y al tratarse de un sistema kárstico, los valores isótopicos obtenidos fueron bajos, lo que sugiere la existencia de aguas subterráneas y un clima más árido que otros yacimientos del este peninsular.

Además, tal y como ha apuntado Sanz Pérez, "el estudio de la relación isotópica de oxígeno del esmalte dental fósil nos aporta información paleoclimática vital que nos sirve en la actualidad para evaluar procesos y tasas de cambio climático en el pasado y elaborar modelos de predicción de cara al futuro".

En el estudio del yacimiento Corral de Lobato participan, junto a la UCM, el Instituto de Geociencias (CSIC-UCM), Ministerio de Política Territorial y Función Pública, el Museo Nacional de Ciencias Naturales y la Universidad de California Santa Cruz, en Estados Unidos.