Los obispos de la Provincia Eclesiástica de Toledo, compuesta por las diócesis de Toledo, Sigüenza-Guadalajara, Cuenca, Albacete y Ciudad Real, acordaron hace unos días, tras mantener una video-conferencia, la necesidad de "elaborar una Pastoral conjunta" para expresar a todos los fieles su "solidaridad con sus sentimientos y dificultades", a la vez que "alentarlos a mantener viva la fe y la confianza en el Señor en estos momentos de dolor".

Esta Carta Pastoral de los obispos se compone de 6 epígrafes, referidos a diferentes consideraciones que los ciudadanos han vivido en estos aciagos meses de crisis del coronavirus y que, a día de hoy, siguen viviendo.

• El dolor y el sufrimiento se han hecho presentes en nuestras vidas. En este apartado se constata que, humanamente, tenemos razones para vivir con miedo ante lo que está sucediendo. Miles de familias destrozadas por los fallecimientos de familiares; enfermos que luchan en los hospitales, residencias y en los domicilios; el miedo al contagio; la incertidumbre ante el futuro; etc.
• Gratitud a tantas personas que nos ayudan a sobrellevar nuestro dolor con esperanza. La Carta de los obispos agradece a los sacerdotes que, llenos de generosidad, han sabido estar al lado de los que sufren, de las familias de los fallecidos en los cementerios. También muestra su gratitud a los religiosos y religiosas por su oración y su dedicación y entrega a los ancianos y enfermos; a los profesionales sanitarios; a los voluntarios de Cáritas y al gran ejército de voluntarios de todo tipo y edad que han ayudado a los que más lo necesitaban.
• Un minúsculo y dañino virus nos ha hecho tomar conciencia de nuestra vulnerabilidad. "Este virus" señala la misiva, "nos ha dejado muy claro que somos vulnerables, frágiles, y que nuestros proyectos se desmoronan. Es necesaria la oración por todos y oración agradecida a Dios y a tantas personas buenas, solidarias y generosas que nos rodean y que nos van a ayudar a salir de esta pandemia".
• Estamos rodeados de personas buenas. "Esta pandemia ha dejado muy patente que hay muchas más personas buenas, generosas y solidarias de lo que pensábamos". Aquí señalan, fundamentalmente, a los profesionales sanitarios como los "luchadores solidarios en primera línea". También destacan la labor de los voluntarios "de todo tipo, edad y creencia" que "se entregan plenamente a los más necesitados".
• Es hora de fortalecer nuestra fe. Los obispos señalan que "ante tanto dolor y tribulación todos nos sentimos solidarios, nos hemos acordado más de Dios y hemos reavivado nuestra fe". Por ello, destacan "de esta pandemia tenemos que salir con una fe fuerte y viva".
• Nuestra fe debe ser una fe comprometida. La Provincia Eclesiástica de Toledo y sus obispos no son ajenos a que "esta pandemia va a traer graves consecuencias económicas y pérdida de puestos de trabajo". En consecuencia, en su Carta piden de los creyentes "una fe comprometida, solidaria y de comunión con las personas y familias afectadas". "Sabemos que el establecimiento de la justicia y el bien común es responsabilidad de las instituciones civiles" señalan "pero la caridad de los cristianos debe llegar también a donde no van a llegar la instituciones, aunque sea su deber".

Pueden ver la carta leída por el Obispo de Ciudad Real, Monseñor Gerardo Melgar, en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=IidUYglxZCI&feature=emb_logo