Piscinas, ríos y entornos naturales, tales como lagunas y embalses, se llenan estos días de bañistas, que aprovechan para refrescarte y soportar mejor el calor. Pero una zambullida sin precauciones puede conllevar lesiones que terminarán amargándonos el verano.

De hecho, desde el Hospital de Parapléjicos de Toledo apuntan a que “el 39% de traumatismos producidos por accidentes en actividades deportivas o de ocio, ocurren por las zambullidas”.

Para evitar esto, desde el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Castilla-La Mancha (COFICAM), su secretario, Ove Andersson, nos ha explicado en COPE algunos consejos para “disfrutar de los chapuzones con cabeza”.

• Cuidado con el borde de la piscina. Es habitual presenciar escenas de juegos alrededor de la piscina que pueden dar lugar a resbalones y torceduras de tobillo a causa del agua evacuada, lo que puede acabar en una visita al hospital y arruinando el verano de los más pequeños.
• Sumergirse con precaución. Los niños y los jóvenes suelen ser los accidentados más frecuentes con heridas y lesiones producidas por saltos imprudentes. “Cada verano en nuestro país se producen casos de lesiones medulares por irresponsabilidades de los bañistas y en la mayoría de las ocasiones podrían haberse evitado tomando las medidas oportunas y siendo conscientes del peligro”, afirman desde el Colegio. Las consecuencias de una mala zambullida pueden ir desde una fractura más o menos leve hasta una lesión medular o un ahogamiento si se pierde la consciencia. 
• Ante la duda... mejor no saltar. Es importante conocer la profundidad de una piscina, un río o el mar, sobre todo en relación con la altura desde la que uno se lanza. En todo caso, el bañista ha de zambullirse con los brazos situados en prolongación del cuerpo, protegiendo así el cuello y la cabeza. En lugares como ríos, lagos, playas o embalses los niveles del agua pueden variar de un día para otro por las mareas, aperturas o cierres de compuertas, por lo que es conveniente comprobar siempre la profundidad. Si el agua está turbia y no hay visibilidad conviene inspeccionar previamente la zona para comprobar su profundidad y que no haya elementos sumergidos como rocas, árboles u otros objetos contra los que se puede impactar.

HOSPITAL DE PARAPLÉJICOS

"Al agua con prudencia" es el eslogan que este verano proponen los profesionales del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, en su habitual campaña de prevención de lesiones medulares como consecuencia de una mala zambullida.

Según los datos aportados por la dirección médica del centro sanitario toledano, "un total de cuatro personas, dos niños de 12 y de 14 años y dos jóvenes de 25 y 31 años,  ingresaron en el Hospital Nacional de Parapléjicos el pasado 2018, todos ellos con lesiones cervicales que provocaron una tetraplejia y que pudieron haberse evitado sencillamente con prudencia"
 
En la línea de años anteriores,  la consigna hace hincapié en una actitud de prudencia a la hora de saltar al agua, pues es la clave para evitar este tipo de lesiones, como en la gravedad de una lesión cervical, la más común de la lesión medular por zambullida, que genera una tetraplejia.
  
NO MOVER AL HERIDO

En caso de que se produzca un accidente, y ante la necesidad de la recogida y manipulación de la víctima, tanto desde COFICAM como desde el Hospital de Parapléjicos nos recuerdan que "es muy importante inmovilizar el cuello, evitar movimientos de la columna y avisar a un profesional para que realice el traslado. No se debe transportar al lesionado en un vehículo utilitario".