Este programa de acogida se lleva a cabo desde el año 1993, poniendo en contacto a familias de la capital y la provincia con menores refugiados en los campamentos de Tinduf, en Argelia paraayudar y apoyar de una forma desinteresada y solidaria. Este año han llegado 24 niños para disfrutar del verano. Llegaron el pasado viernes, 22 de julio, y permanecerán en la provincia hasta el próximo mes de septiembre, lo que se entiende por el desarrollo de la vigésimo octava edición de esta iniciativa.

Además, se mantiene el proyecto Apadrina/Amadrina, del que nuestra ciudad fue pionera y que facilita cestas de alimentación e higiene a menores con discapacidad que viven a estos campamentos. Cabe señalar que esta iniciativa nacía en 2020, tras la suspensión del programa Vacaciones en Paz debido a la pandemia y que llegaba como una alternativa para seguir colaborando con los niños y niñas saharauis con algún tipo de discapacidad. Una iniciativa que partió desde el colectivo solidario albaceteño, y que se extendió al resto del país, logrando más de 200 apadrinamientos o amadrinamientos, de los cuales 40 correspondían a nuestra ciudad, cifras que el pasado año se multiplicaron hasta alcanzar las 600 familias en el conjunto del país, de las cuales 52 correspondían a Albacete.

18 niños permanecerán en Albacete y el resto se irán a Villarrobledo, Almansa, Hellín y Alcadozo, con las distintas familias de acogida que, tras dos años de parón por la pandemia, han vuelto a recibirlos con los brazos abiertos.

Mafu participó en la primera generación de este programa, es decir, desde 1993. Fue acogida por una familia albacetense “en esos tiempos había mucha necesidad porque vivíamos al límite, la familia que me acogió era de Higueruela, porque cuando vienen los niños nos reparten a los pueblos”, dice Mafu. Después de su primer año en esta experiencia, repitió al año siguiente donde se quedó definitivamente en la capital con tan sólo nueve años.

“No recuerdo mejor infancia que la mía”

Desde los nueve años en Albacete, y ahora tiene 39. “Me han dado tanto amor los abuelos, los amigos, la gente del pueblo, incluso en los supermercados... era cariño desbordante por todos lados” señala Mafu.

Después de considerarse albaceteña, ha pasado de ser parte activa de ese programa a ser ella a quien acoge a niños que vienen en este programa “Vaciones en Paz”. Cuenta que “conforme pasan los años te das cuenta de que hay otras personas que te necesitan y que tú has necesitado en tu momento, esto en cierto modo nos enseña a los demás a ser solidario”.

Ha acogido a un niño, que prácticamente es familia suya porque es su sobrino. Además, tiene otro sobrino en Girona con una familia que lo están “tratando muy bien y me gusta la forma de ser con él”.

De un país a otro hay mucha diferencia y así lo notó ella desde el primer momento. “Es un cambio radical, con otro idioma, otras costumbres, edificios, zonas verdes, electrodomésticos que nunca se han visto, piscinas, lo que es ver el mar y tocarlo...”

Este programa es una total oportunidad para ser solidario y dar una vida mejor a los niños que más lo necesitan.