Como suele ser habitual, la sesión plenaria del Ayuntamiento de Albacete de hoy jueves ha sido larga, demasiado larga(más de seis horas), farragosa y en muchas ocasiones perdida en estériles debates que no conducen más que a reafirmar los planteamientos de cada uno de los grupos frente a distintas posturas.

Los asuntos de ‘trámite’ suelen pasar sin pena ni gloria y son las declaraciones institucionales, cuando en ellas hay que ponerse de acuerdo, o las mociones, donde casi nunca lo hay, las que avivan el debate.

Así ha sucedido en la sesión ordinaria de mayo, celebrada telemáticamente de nuevo, y en la que las dos mociones presentadas por el Partido Popular son las que más encendidas declaraciones han provocado.

En la primera, Emilio Sáez, cuan paladín solitario, ha tratado de defender tanto la gestión como las declaraciones de Emiliano García Page ante la crisis sanitaria y que, según el Grupo Popular, merecían reprobación, aun cuando el foro para hacerlo deben ser las Cortes regionales y no un pleno municipal.

Rosario Velasco (VOX) se ha expresado con números y dureza, Paco Navarro (PP) ha jalonado toda la retahíla de acontecimientos y declaraciones de García Page para exponer sus argumentos. Nieves Navarro (UP) ha viajado al maravilloso mundo de lo público que su grupo defiende y ha atacado de paso a los populares. Pero ha sido la postura de Ciudadanos la que ha permitido aprobar esta “reprobación a las declaraciones” al ser incluidas en la moción las propuestas que la concejal Laura Avellaneda ha solicitado.

Polémico traslado del Registro

La segunda moción popular no ha tenido tanta suerte. No ha recibido los apoyos necesarios y se ha quedado en acalorado debate y poco más, aunque con frases que habrá que guardar para el futuro.

La moción, que buscaba la oposición del pleno al traslado del Registro al Museo Municipal, la defendía Manuel Serrano, quien ha explicado que ocupar la planta baja del citado museo es un varapalo para la cultura albaceteña y sus artistas, explicando que había otras alternativas para la nueva ubicación.

En este sentido, tanto el concejal de Obras Arturo Gotor (C’s) como la de Hacienda y Personal, María José López Ortega, han explicado que han sido inviables todas las alternativas, tanto desde el punto de vista técnico como económico.

Una vez votada y rechazada por PSOE y C’s, el alcalde Vicente Casañ ha tomado la palabra para explicar su postura con contundencia, afirmando que “las soluciones que había, o eran muy costosas o no llegábamos a tiempo”, añadiendo que “soy el primero que estaba en contra de ese traslado, pero hemos dicho desde el principio de esta crisis que tendríamos que tomar decisiones duras e indeseadas y no era una forma de hablar”.

El alcalde, que ha reprochado a los populares que se subieran a este carro de la confrontación en lugar de pensar en construir, ha sido aún más claro cuando ha dicho “nos faltan euros a espuertas en este Ayuntamiento, y lo saben” y ha comprometido su palabra ante los concejales y ante la ciudad indicando que ésta es una medida temporal: “si de aquí a un año, esto sigue así, yo me voy de alcalde o de vicealcalde”.

Y para terminar, ha afirmado: “entiendo a los artistas, a los que recibo con la cabeza bien alta, pero no entiendo al Partido Popular por subirse a esta protesta”.