Ya se anunciaba semanas atrás la suspensión de las procesiones como medida para evitar la propagación del virus, y como ya se hiciera en 2020 durante el confinamiento de la población. Esta circunstancia era previsible, pero no obstante ha desilusionado un poco más a los hermanos y cofrades de Semana Santa de la capital, que meses antes comienzan con los preparativos y ensayos para salir a las calles dando lo mejor de sí mismos.
Resulta extraño no escuchar al anochecer los ecos de tambores y cornetas en la lejanía, que durante febrero y marzo acostumbramos a oír, como preludio de la Semana Santa.
El presidente de la Junta de Cofradías, Antonio Martín nos dice que es duro para los cofrades, y cunde el desánimo, pero vamos a tener que vivir este tiempo de otro modo, desde otra perspectiva, mientras la situación no cambie.
Y si es duro para los cofrades, la suspensión para otros sectores que se benefician como la hostelería, las floristerías, la venta de objetos religiosos, telas, y complementos, también lo es.
A pesar de todo, sin procesiones, en Albacete se celebrará la Semana Santa y los actos previos como son la exposición del Museo Municipal, el pregón o la presentación de la Revista “Cirineo”, y durante la semana de Pasión, se convocará a los actos litúrgicos en los templos.