Para un scout la vida se ve de forma diferente. Un scout valora cada gesto solidario, se compromete a ayudar a los demás, comprende el esfuerzo por conseguir las cosas y lucha para cambiar los problemas por soluciones. Unos valores que ya implantó Baden Powell cuando fundó a principios del siglo XX este movimiento.

Desde pequeños comprometidos con la naturaleza, con todo lo bueno que la madre tierra nos ha dado y nos sigue dando. Todo ello compartido con otros amigos y amigas, monitores, padres... que se convierten en familia. Cada año esperan ansiosos la llegada de los días de campamento, que este año serán atípicos.

En Albacete contamos con cerca de 900 scouts entre los distintos grupos que hay en nuestra ciudad, y de ellos ha surgido una bolsa de más de medio centenar de voluntarios con ganas de ayudar, pues en estos tiempos que corren y en mitad de una pandemia, ellos quieren aunar sus fuerzas y ayudar en todo lo que se les pida.

Y lo están haciendo en las parroquias, en ellas su función es controlar el límite de aforo de las celebraciones. También ayudan en el Banco de Alimentos o en la Insitución Benéfica Sagrado Corazón de Jesús, más conocido en Albacete como Cotolengo.

Joaquín Contreras es uno de los coordinadores de estos grupos de scouts y nos comentaba que "estamos para ayudar donde nos necesiten y como estamos en contacto con varias parroquias hemos creado un grupo de unos 50 scouts para solventar de aquí a verano, ya que es posible que no tengamos campamentos que es nuestra actividad estrella, estar a disposición de la ciudadanía de Albacete".

Además Joaquín añadía que "queremos desde la Diócesis poder coordina actividades que requieran de un voluntariado en las que jóvenes mayores de edad y con capacidades para organizar, puedan ayudar y estar dispuestos a servir donde nos necesiten".

Ver sus uniformes, su pañoleta enrollada y sus ganas de ayudar es una garantía de que hay algo bueno por cumplir.