Las bonificaciones al transporte público interurbano en Canarias anunciadas en la presente semana por el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, han sido bien recibidas, en términos generales, en el archipiélago.

Pero si bien el debate es amplio, y algunas voces exigen que esas bonificaciones se extiendan al tranvía, la medida anunciada por el ejecutivo central plantea varias interrogantes: ¿Son realmente efectivas acciones de este tipo para lograr un ahorro energético real? ¿Servirán para que por ejemplo, en Tenerife ayuden a descongestionar los atascos diarios en la autopista TF5?

La profesora de Economía del Transporte, del departamento de Economía, Contabilidad y Finanzas de la Universidad de La Laguna, Rosa Marina González Marrero ha respondido a algunas de estas preguntas hoy en La Mañana de COPE Tenerife. Y para empezar, su análisis tiene una premisa concluyente: “Estas medidas son mucho más efectivas en este momento, de lo que podrían haber sido en el pasado”.

La razón es muy clara, y es que “el trasporte privado se ha visto sometido a una importante aumento del precio del combustible, con lo que, a pesar de que la demanda de transporte público suele ser inelástica al precio, en esta circunstancia, sí puede ocurrir porque de forma simultánea, bajamos el precio de transporte publico, mientras sube el costo del privado”.

En cualquier caso, la profesora de Economía del Transporte matizó, que la movilidad por ocio, “siempre es más susceptible a estos cambios que no la movilidad forzada o laboral”, por lo que habrá que esperar la evolución de esta decisión cuando acabe el verano y gran parte de los agentes de movilidad vuelvan a su actividad habitual.

Centrándonos en el caso particular de Tenerife, la cuestión es si esta medida, ayudará a combatir los atascos en la autopista del norte. González Marrero cree que “el trasporte público en este caso está en desventaja con el coche privado”, por lo que habría que acompañar esta medida de otras, “que logren un traspaso modal del coche al trasporte publico”.

La clave es “mejorar la economía del tiempo, el coste del tiempo es más importante a veces que el económico”, y hay que hacerlo “con medidas de gestión de la demanda que no requieran de inversión en grandes infraestructuras como, fomentar los intercambiadores, los aparcamientos disuasorios en los que dejar el coche que sean gratis o muy baratos, y establecer conexiones lanzadera entre el transporte público con el privado”.

En ese sentido la experta añadió que a corto plazo se podría “hacer transporte de empresa colectivo, o por ejemplo, en la hora punta de congestión de tráfico, convertir uno de los carriles de sentido contrario que apenas tiene tráfico en un carril exclusivo de trasporte público en el sentido del atasco”. De esta forma “en el carril de sentido norte, en la TF5, podríamos poner transporte público rápido en sentido al área metropolitana”.