Una madre denuncia falta de asistencia sociosanitaria durante 9 días para su hijo con isquemia cerebral
El CAMP de La Cuesta, donde acude su hijo, no abrirá hasta el Lunes de Pascua

Gran Canaria - Publicado el
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Belén es una madre tinerfeña que, hace 29 años, dio a luz a Christopher, una persona que tiene una discapacidad del 90 %. Sufre una isquemia cerebral y necesita asistencia las veinticuatro horas del día. Christopher es usuario del CAMP de La Cuesta, un servicio del Cabildo de Tenerife, donde se le atiende de forma individualizada e integral. Allí le ayudan a mantener y mejorar la autonomía personal, además de atender las necesidades básicas.
La sorpresa de Belén llega cuando el pasado viernes, a las dos y media de la tarde, al recoger a su hijo, se entera de que el centro cierra hasta el próximo Lunes de Pascua. Esto enfada mucho a esta madre, que no puede entender cómo pueden dejar a personas así nueve días.
“No entiendo como esta gente que es una subcontrata del Cabildo de Tenerife puede cogerse toda la semana, ¿Qué hacemos todas las madres que tenemos un hijo en estas condiciones?”, nos contaba en Herrera en COPE en Canarias.
¿Qué hacemos todas las madres que tenemos un hijo en estas condiciones?
FALTA DE ALTERNATIVAS PARA LOS PADRES
Christopher cuenta con el servicio tanto en régimen de atención diurna como residencial. Lo que no ha parado estos días ha sido la asistencia en casa, ya que dos personas ayudan a Belén a las labores de aseo de su hijo. Ella tiene la suerte de contar con ese servicio, pero sabe de muchas madres, en su misma situación, que no lo tienen.
“Las chicas que vienen por la mañana a ponerlo en la silla para llevarlo al colegio han venido a cambiarle el pañal. Todo el mundo no tiene ayuda a domicilio, en el caso de mi hijo no pasa nada porque es tranquilo, pero, quien tiene un hijo con un trastorno complicado, ¿qué hace?”, se preguntaba Belén.
Esta madre no entiende como han podido dejar a estos jóvenes nueve días sin asistencia. Recuerda que son niños que están acostumbrados a unas rutinas diarias y no llevarlas a cabo empeora su estado de salud.
“Mi hijo está desesperado todo el día, con ganas de ir al colegio, él tiene su propio reloj cronológico, se pone nervioso, hace ruidos con la garganta que es su forma de comunicarse”, dice Belén, que pide que esto no vuelva a ocurrir. Cree que al tratarse de una empresa subcontratada por el Cabildo de Tenerife, no debe permitirse que personas con estas enfermedades se queden sin asistir tantos días a su centro.



