La calima es un fenómeno habitual en Canarias. Se trata de polvo en suspensión que llega del Sáhara tras vientos fuertes y que suele venir acompañado de altas temperaturas. La presencia de esta calima, según los expertos, puede conllevar una confusión en la sintomatología del coronavirus o, incluso, un empeoramiento de los síntomas del mismo.

Los meteorólogos recuerdan que la Covid-19 afecta sobre todo a las personas más vulnerables, también consideradas grupos de riesgo, aquellas que tienen patologías previas o de edad avanzada. Uno de los síntomas característicos de este virus son los problemas respiratorios, por lo que, según sus investigaciones, la entrada de calima puede agravar o contribuir a confundir algunos síntomas.

Las partículas del aire en suspensión son especialmente peligrosas, ya que pueden penetrar profundamente en el sistema respiratorio, depositarse en los alvéolos pulmonares y llegar al torrente sanguíneo, y son los pulmones de los niños y los ancianos los que están particularmente expuestos.

Así, entre otras patologías, la calima puede empeorar las bronquitis y otras enfermedades respiratorias, el funcionamiento pulmonar y las dolencias cardiovasculares, indican los expertos. Por eso es esencial protegerse del polvo en suspensión que empeora estos síntomas.

Greanpeace vinculó el 26 de febrero el aire sahariano con la Covid-19. "La calima es un asesino mucho más silencioso que el coronavirus" y genera "una crisis de salud pública", apuntaban.

A finales del mes de febrero, los valores medios de viento en Canarias con arena del Sáhara fueron de entre 40 y 70 kilómetros por hora, es decir, vientos fuertes y de flujo continuo, que estuvo acompañados de rachas que superó los 100 y 200 kilómetros por hora y que, en Izaña, Tenerife, llegó a alcanzar los 160 kilómetros por hora.

Este viento provocó una continua llegada de calima que afectó a todo el archipiélago canario. Fue una borrasca en altura y un anticiclón de superficie.

Greanpeace vinculó, poco después y tras realizar un análisis, la calima con el coronavirus. Por ello, señalaron que en Gran Canaria en la primera oleada existieron menos casos de este virus, dado que la población se confinó durante este episodio de polvo en suspensión, mientras en Tenerife se celebraron actos multitudinarios como la festividad del carnaval desoyendo las recomendaciones sanitarias y de los meteorólogos, algo que contribuyó al alto número de casos en esta isla.

La ONG insistía en que este aire genera una crisis, ya que provoca casos de neumonía infantil, bronquiolitis y crisis asmáticas "que se disparan por la presencia de partículas microscópicas que se consideran sustancias cancerígenas de primer orden". Patologías relacionadas con el aparato respiratorio al igual que la Covid-19.