La asociación Apanate ha subrayado que las personas con TEA y conductas disruptivas están autorizadas a salir a la calle, y ha advertido de que ninguna tiene la obligación de llevar identificativos, como un brazalete azul, para ejercer sus derechos.

La Asociación Canaria del Trastorno del Espectro del Autismo (Apanate) señala  que en la instrucción publicada el 19 de marzo por el Ministerio de Sanidad se establece que las personas con discapacidad que tengan alteraciones conductuales, como por ejemplo las personas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) y conductas disruptivas, tienen reconocido su derecho a poder circular por las vías de uso público.

Este derecho se recoge por ley al tener en cuenta que las necesidades de las personas con discapacidad en general, y de las personas con TEA en particular, son diferentes a las de la población sin discapacidad, y que como tal deben ser atendidas.

En cualquier caso este derecho está limitado por las restricciones pertinentes, que minimizan los riesgos de contagio y anteponen la seguridad, por lo que la persona con discapacidad y problemas de conducta podrán salir con un único acompañante durante breves períodos de tiempo, respetando las distancias de seguridad y cumpliendo con el resto de medidas recomendadas por el Ministerio de Sanidad.

Para acreditar su situación ante las fuerzas de seguridad, la persona o su familiar llevará consigo su certificado de discapacidad y, aunque esto último no es obligatorio, podrán llevar también un informe psicológico que suscriba la recomendación de salir a la calle por motivos de salud, y siguiendo las restricciones anteriormente descritas.

Sin embargo, y a pesar de estar amparadas por la ley, muchas personas con TEA y sus familias en diversas comunidades autónomas han sufrido insultos y abucheos por parte de otros ciudadanos, explica Apanate, lo que ha motivado iniciativas como el “brazalete azul”, que anima al colectivo a llevar ese identificativo para evitar tales hostigamientos.

Apanate se muestra en contra de esta iniciativa porque no es un requerimiento legal y porque puede ser estigmatizante, como lo fueron otras marcas para otros colectivos en épocas pasadas.

Además, continúa, al recurrir a tener que mostrar una señal se legitima la incorrecta conducta de los vecinos que actúan con hostilidad, y se abre la puerta a un mal uso de dicho identificativo por parte de personas que, sin tener la necesidad ni la habilitación legal, deseen salir a la calle.

Apanate recuerda que las autoridades son los únicos agentes que tienen derecho a exigir una justificación de su salida, y las personas con discapacidad están preparadas para hacerlo mediante los documentos que se han especificado anteriormente.

En cualquier caso, la asociación muestra su pleno apoyo a las personas y familias que necesiten salir, ejerciendo el derecho que les otorga la ley, y entendiendo que lo hagan de la forma en que se sientan más seguras.

Por ello defiende que se divulgue el derecho legal que tiene el colectivo y se apele a la sensibilidad de la ciudadanía "en lugar de difundir la bienintencionada, pero cuestionable propuesta, del identificativo".