La historia de Marta y María (nombres fictios) suma varios capítulos traumáticos para cualquier menor. En primer lugar, la situación de absoluto desamparo que vivieron durante años obligó a la Dirección General de Protección de la Infancia dependiente del Gobierno de Canarias a declararlas en desamparo en el año 2017. Sin embargo, su desgracia no terminaba en ese momento, porque sabiendo esto, su abuelo paterno, quien en teoría debería velar por su cuidado, abusó sexualmente de ellas.

Al menos es esto lo que sostiene la Fiscalía en su escrito de acusación, posición que mantendrá en el juicio que comienza el martes en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife. Marta y María acudían al domicilio familiar el primer fin de semana de cada mes, momento que era aprovechado por el acusado para -presuntamente- abusar de las menores.

LLEGÓ A PASEARSE DESNUDO DELANTE DE ELLAS

Así el acusado, se metía en la cama donde dormía su nieta, y “empezaba a toquetearla por debajo de su ropa, tanto en sus pechos como por su zona genital, llegando a meterle varias veces sus dedos en la vagina”. Continúa la descripción de los hechos, que posteriormente cuando ambas menores empezaron a resider con sus abuelos paternos, el acusado “llegó a pasaerse desnudo por la vivienda, cuando estaba a solas con las mismas, continúando esta actitud durante al menos un año”.

Afortunadamente para ambas menores, los hechos fueron denunciando un funcionario del Centro en el que estaban acogidas, en La Orotava, donde continúan residiendo. Por otro lado, tras el informe psicológico forense, se constató que no “había patologóia clinica en la menor que pudiera distorsionar o tergiversar la realidad”. Es por ello que el Fiscal solicita once años de prisión, como responsable de un delito continuado de abusos sexuales a menores, así como libertad vigilada durante un período de 10 años