La mayoría de los delito contra la indemnidad sexual se producen en la más estricta intimidad, y en la mayoría de las ocasiones el agresor es alguien que forma parte del núcleo más cercano de la víctima.

La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife acoge la próxima semana la celebración de la vista del juicio seguido contra un varón, que abuso de su nieta aprovechando las visitas que esta hacía su casa ya que el padre de la menor compartía vivienda con él.

Según el escrito de conclusiones provisionales al que ha tenido acceso COPE Canarias, los abusos sexuales se prolongaron por un espacio de tres años entre los años 2009 a 2012 en una vivienda del municipio de Guía de Isora. Es por ello que la instrucción le correspondió a los Juzgados del partido judicial de Arona.

Según el relato del Ministerio Fiscal, aprovechando las visitas de su nieta, movido por el ánimo de dar satisfacción a sus deseos sexuales y haciendo uso de la intimidad que presta el domicilio cuando se encontraba solo a cargo de la menor, “conducía la misma hacía una estancia de la vivienda donde, tras mostrarle algún regalo que había comprado para la ocasión, se despojaba de la parte inferior de su ropa, invitando a la menor a realizarle tocamientos en el pene, hasta que conseguía eyacular para, a continuación, movido por el ánimo de atentar contra la paz de la misma, proferirle la expresión “como cuentes algo, te mato”.

EL MIEDO LE IMPEDÍA DENUNCIAR

En el año 2012 la menor se trasladó a vivir al domicilio de su abuelo, el procesado, en compañía de su padre y su hermano. A partir de aquel momento, comenzaron a repetirse tales episodios de forma más habitual donde el procesado conducía a su nieta hasta un habitáculo de la vivienda y, tras desprenderse de su ropa, conminaba a la menor, movido por el ánimo de dar satisfacción a sus instintos sexuales, a realizarle tocamientos repetidamente hasta que lograba eyacular para después, mientras se vestía, proferirle la expresión: “Como le digas algo a alguien, te mato”.

Esta situación provocó en la menor una situación ansiosa y depresiva que hizo necesario que acudiera a terapia psicológica, procediendo a denunciar los hechos en fecha 17 de Octubre de 2016.

Por estos hechos el Ministerio Público solicita una pena de 10 años de prisión, como presunto responsable de un delito continuado de abusos sexuales sobre una menor de edad. Asimismo, una pena de libertad vigilada por otros 10 años, la prohibición de acercarse a la víctima a menos de 500 metros, la prohibición de comunicarse con ella, y la obligación de participar en programas formativos de educación sexual. Por último, solicita una indemnización de 30.000 euros.