Miren las cenas navideñas se nos van quedar este año en un máximo de seis comensales en Tenerife, siempre que sigamos en semáforo rojo. Es la principal medida que adoptó ayer el Gobierno de Canarias junto con un toque de queda desde el 23 de diciembre hasta el 10 de enero, restringiéndose la libre circulación desde la 1 de la madrugada hasta las 6 de la mañana.

Es conveniente explicarlo e insistir en el tema porque ha existido cierta confusión en las últimas horas con este asunto, después de la rueda de prensa de ayer del portavoz del Gobierno, aunque esta mañana lo ha aclarado perfectamente el consejero de Sanidad Blas Trujillo en la sintonía de la Cadena COPE.

En cualquier caso amigos, como bien decía ayer Amos García Rojas en este programa, al final todo esto es una cuestión de sentido común y de responsabilidad individual de cada uno. Ayer Tenerife sumó 150 nuevos casos, una de las cifras más altas de los dos últimos meses con un nuevo aumento de casos que debe preocuparnos a todos, y del que todos a la vez somos parte responsable.

Las autoridades sanitarias se están preparando para un repunte en el número de positivos en el mes de enero, como consecuencia de las celebraciones navideñas de los próximos días. Y digo yo ¿no es triste que si estamos a tiempo de evitarlo entre todos, nos estamos poniendo ya la venda antes que la herida? ¿Por qué razones de índole cultural y educacional no podemos ser disciplinados como los asiáticos, a los que se les dice que cumplan las normas y las cumplen?

Llámenme iluso si quieren, pero personalmente, no puedo entender la irresponsabilidad de una parte de la población, que consciente de que nadie les va a vigilar, acabará celebrando cenas o comidas con familias numerosas aún a sabiendas de que corren un riesgo.

Yo, ya he cambiado el chip, sé que van a ser unas Navidades diferentes, pero lo importante es que el año que viene en 2021 me pueda reunir con toda mi familia sana y en paz con mi conciencia.