Miren, guste o ni guste escucharlo, la vacuna de Astra Zeneca sigue generando controversia y continua estando en el disparadero. En los últimos días, algunos países europeos han suspendido su administración a determinados grupos de edad y algunos, como las Países Bajos la han eliminado totalmente de su plan de vacunación. En el caso de España, ha sido noticia igualmente en las últimas horas, la aparición de un caso de trombosis grave en una mujer de 55 años en Asturias, tras serle inoculada la vacuna, paciente que de momento se encuentra estable.

Para este próximo miércoles, es decir, en 48 horas, se espera un nuevo pronunciamiento sobre este asunto de la Agencia Europea del Medicamento, que siempre ha mantenido que los beneficios son mucho mayores que los riesgos en el caso de este vial de la compañía anglosueca.

Y la verdad es que, ante este panorama, es inevitable hacerse algunas preguntas. Por ejemplo, los casos de trombosis, se están dando mayoritariamente en mujeres, los hombres son una excepción. Y yo digo, ¿Es planteable que se suspenda la administración de Astra Zeneca solo en las mujeres de forma definitiva o hasta que se aclare este asunto?

Y también me pregunto, en la fase de experimentación ¿Se trabajó con un número de mujeres suficientes para sacar conclusiones sobre sus efectos secundarios o fundamentalmente con hombres?

Alguien puede pensar que es ventajista realizar este tipo de planteamientos a posteriori, pero miren, es necesario hacerlo. Están muriendo personas, casi todas ellas mujeres, en Alemania, en los países nórdicos, en Holanda… Y la gente está intranquila. Y es normal que esté intranquila.

Mi mensaje siempre ha sido el mismo desde el principio: hay que vacunarse sin vacilación para salir de esta pesadilla y debemos confiar en todas y cada una de las indicaciones de las autoridades sanitarias. Pero que esas autoridades, den también pasos, para generar confianza en la población.