El sector del taxi en Las Palmas de Gran Canaria ha criticado duramente la nueva normativa sobre los límites de velocidad que se ha implantado a nivel nacional en todos los municipios. El reglamento impone a los vehículos la obligatoriedad de limitar a un máximo de 30 kilómetros por hora en la mayor parte de las calles de las ciudades, reduciendo a 20 la velocidad, en las vías donde la acera está al mismo nivel que los carriles de circulación.

Gorky Bethencourt, presidente de ASPROTAC, Asociación pro Derechos del Taxista Autónomo de Canarias, considera que es un instrumento lesivo para el sector que cada día mueve en la ciudad a un volumen de trabajadores de 70.000 a 80.000.

Se trata de un número que ha ido menguando por la incidencia de la pandemia, pero también dice Bethencourt, por el paulatino descenso en la velocidad, que se ha ido imponiendo en las ciudades.

Con los nuevos límites el sector se queja de que las bicicletas o las patinetas irán más rápido que ellos, pero añaden otros perjuicios, como por ejemplo el daño que ocasionan al vehículo desplazarse tan lento. “Dese cuenta de que antes los motores se hacían con un cubicaje inferior, pero ahora tiene 2000 centímetros cúbicos y llevar a estos coches a velocidades muy bajas, significa llevar las marchas muy cortas, entonces ir con los coches así es forzar el motor y elevando el consumo de combustible, emitiendo más dióxido de carbono”.

Bethencourt asegura que hay estudios que dicen que, a velocidades algo superiores, los coches consumen menos, emiten menos CO2 y el tráfico el comercio y la economía se mueven de una manera más lógica.

Critica además lo que considera la tendencia que se implanta a nivel europeo para facilitar el acceso de los ciudadanos a los denominados VMP, vehículos de movilidad personal. “El consistorio solo habla de guaguas y estos vehículos, pero no del taxi, que también es un servicio público”.