María Teresa Pérez es una mujer de 75 años con diferentes patologías que el pasado lunes era desahuciada de su vivienda junto a su marido de 85 años y su hijo que tiene una discapacidad reconocida del 65%. Esto a pesar del Real Decreto Ley publicado el 30 de septiembre que indica que se suspenden los desahucios y lanzamientos.

Roberto Vera, abogado de la mujer, ha asegurado en los micrófonos de COPE Gran Canaria que, a pesar de esta norma, la magistrada del Juzgado de Primera Instancia número 17 de Las Palmas de Gran Canaria autorizaba el desalojo. “No lo entendemos”, afirmaba.

Además, María Teresa presentaba un documento médico acreditando que no era recomendable que saliera de su vivienda dado que cuenta con diversas patologías, entre ellas cáncer de mama o amputaciones en los dedos de los pies por diabetes. Sin embargo, esto no resultó impedimento para que la Comisión Judicial que acudió a la vivienda el pasado lunes indicara el desalojo inmediato de la vivienda.

María Teresa Pérez residía desde hacía dos años en esta casa en Las Palmas de Gran Canaria, a la que al entrar acordaron que se trataría de un alquiler con opción a compra. De entrada, pagó 62.000 euros –una cantidad “abusiva”, según el abogado- que le requirió el propietario y 24 mensualidades de renta sin ningún retraso. Sin embargo, la mujer estaba esperando recibir el pago por unas expropiaciones urbanísticas realizadas por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para poder finalizar la compra de la vivienda.

“María Teresa no ha podido comprar porque el consistorio capitalino no le ha pagado los 200.000 euros que le debe de hace años cuando se produjo la expropiación”, señalaba el abogado. Sin embargo, desde la Administración aluden a que tienen que esperar a que salga la resolución.

Ante el vencimiento de estos plazos, María Teresa se ha visto en la calle con su marido y su hijo con discapacidad “con lo puesto”. Dado que el propietario de la vivienda no le concedió ni una semana para el desalojo de la misma.

El abogado aseguraba que tenía una casa de un cliente a disposición y se la ha facilitado a la familia. “Ahora están a la espera de que una empresa les traslade los muebles. Han dejado fuera y desprotegida a esta señora”, recalcaba.