Mal arranque de los hombres de Sergio Miguel Camarero en el primero de los partidos de la gran final, con los ahorradores haciendo mucho daño con su saque a la recepción grancanaria que recibía un severo castigo por el acierto de Fornés, Colito, Vigil e Iribarne que llevaban en volandas a los suyos obligando al Guaguas a solicitar el primer tiempo muerto con un 7-9 en el marcador.

Pablo Kukartsev aparecía en escena para intentar recortar la diferencia, pero los errores propios del Guaguas, unido al acierto de Iribarne y de Jiménez obligaban a Camarero a quemar su último tiempo muerto con un 12-15 en el marcador.

Guaguas seguía sufriendo mucho en recepción y defensa, lo que limitaba sus opciones de ataque, estrellándose ante la propuesta de juego del Unicaja que a pesar de la mejoría de los canarios en la recta final del asalto, finalmente se tornaba en favor de los de Berenguel que ponían el 0-1 en el marcador tras imponerse en el primer asalto por un 22-25.

Los grancanarios reseteaban totalmente lo sucedido en el primer set en el arranque de la segunda manga en la que parecían contagiar al conjunto almeriense de sus errores durante el asalto anterior, reencontrándose con su mejor saque, lo que incidía directamente en la recepción de un Unicaja que no podía parar la contundencia de Matt Knigge y de Pablo Kukartsev que llevaban a Berenguel a consumir sus dos tiempos muertos en el arranque del partido con un 10-4 que dejaba el set muy cuesta arriba para sus intereses.

Vigil, Fornés, Jiménez e Iribarne intentaban contrarrestar el poderío ofensivo de los canarios que comenzaban a carburar a su verdadero nivel, siendo muy sólidos en recepción y en el bloqueo, además de aprovechar los errores no forzados de Unicaja para acabar con un 25-14, que devolvía las tablas al electrónico de el Centro Insular de Deportes de Gran Canaria (1-1).

Un 3-1 de salida del Guaguas en la tercera manga gracias a Kukartsev y Hage, colocaba a los grancanarios por delante en el marcador, pero los de Manolo Berenguel daban signos de estar recuperados de sus malas sensaciones en el set anterior y presentaban batalla con Iribarne, Colito y Fornés como hombres más acertados en la ofensiva.

Llegando el ecuador del tercer set el Guaguas apretaba de nuevo el acelerador para coger una renta de cuatro puntos que despertaba todas las alarmas en el banquillo ahorrador, tirando Berenguel de un tiempo muerto para intentar cortar la dinámica positiva de los hombres de Camarero con un 18-14 en el marcador.

Unicaja lo intentaba, pero el Guaguas metía la directa dejando sin opciones al cuadro andaluz que veía como Kukartsev dictaba sentencia con una diagonal que cerraba el tercer set con un contundente 25-18 que les colocaba por delante por primera vez en el partido (2-1).

Manolo Berenguel pedía un esfuerzo a los suyos para intentar devolver el equilibrio al marcador en el arranque del cuarto set en el que Guaguas comenzaba mandando gracias a un parcial inicial de 2-0, que era devuelto por los visitantes que colocaban un 2-4 en el electrónico que enfadaba a Sergio Miguel Camarero, que no dudaba en quemar su primer tiempo muerto a las primeras de cambio.

Los grancanarios se remangaban en defensa para intentar frenar a un Unicaja que se aferraba al buen momento de Vigil para contrarrestar los ataques de un Guaguas que se encomendaba nuevamente al mejor jugador de la SVM, un Pablo Kukartsev que lograba puntos importantes para dar la vuelta al electrónico y comandar el cuarto asalto.

Unicaja arriesgaba para intentar ponerse al nivel de los amarillos, pero los errores no forzados se comenzaban a acumular, mientras el Guaguas jugaba con la ventaja del marcador a favor y que a pesar de los esfuerzos ahorradores por dar caza a los canarios, Kukartsev se encargaba de dar carpetazo al primer partido de la eliminatoria con un misil tierra-aire que suponía el 25-22 que les daba la victoria en el primer choque de la serie final por el título por 3-1.