El Museo de la Iglesia en Asturias fue creado por Decreto por el Arzobispo Monseñor Gabino Díaz Merchán en el año 1.985. Se sitúa en el Claustro Alto de la Catedral de Oviedo y las obras de adaptación se llevaron a cabo a partir de 1.982, bajo la dirección del arquitecto Antonio González-Capitel.

El Museo se inauguró un 25 de junio de 1.990, abriendo sus puertas al público al día siguiente. El Museo tuvo una segunda reapertura en julio de 1.994 debido a la exposición Orígenes, y tras experimentar una intensa remodelación pasando de 154 piezas exhibidas a 243. Muchas de las más de 500 piezas que actualmente se exponen en este espacio proceden de parroquias asturianas.

El Museo cuenta con un vestíbulo y siete salas, y cada una de ellas lleva un epígrafe orientador en que, a través de texto bíblicos y catequéticos, se intenta destacar el mensaje fundamental de los objetos allí expuestos. El Museo de la Iglesia en Asturias pretende ser uninstrumento de evangelización a través de los objetos artísticos de uso sacro, una guía pedagógica para llevar al espectador hacia una mejor comprensión del mensaje cristiano. Incluye la Cámara Santa con todas las reliquias que atesora: la Cruz de los Ángeles, Cruz de la Victoria, Caja de las Ágatas, Arca Santa, Santo Sudario.

Cuenta con exposiciones permanentes. En el vestíbulo podemos encontrar el Cristo cucificado, dos tablas góticas y frontón de retablo con figura del Padre Eterno. En la sala I, una campana del siglo XIV, una Cruz Procesional, además de varias imágenes de María. En la sala II, cuatro cruces de diversos estilos. En la sala III, una tabla flamenca del siglo XV, un cáliz gótico, también del siglo XV, así como custodia-copón del siglo XIX. En la sala V, relieves de Cristo, Virgen María e imágenes de mártires y santos. Sala VI, dos cruces de plata, cuadros y relieves de la Pasión. Sala VII, ornamentos sagrados, libros litúrgicos y variados objetos del culto divino.

En marzo de 2.010, bajo la presidencia del Arzobispo de Oviedo, Monseñor Jesús Sanz Montes, se presentó un catálogo, después de 15 años de trabajo, que recoge 328 de las 356 obras de arte, que datan de los siglos IV al XX, y que son de un valor incalculable.