Más de un año después de que los más de 200 geriátricos con que cuenta Asturias quedaran bajo la tutela de la Consejería de Salud para combatir la pandemia de la covid-19, que ha provocado más de mil muertes entre sus doce mil usuarios, las residencias iniciarán este sábado, 10 de abril, la desescalada de sus restricciones y recuperarán visitas, salidas e ingresos.

El nuevo protocolo que aplicará la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar tras recuperar el control sobre los geriátricos estará, no obstante, regido por la normativa sanitaria y las limitaciones vinculadas a los niveles de riesgo de cada municipio y deberá ser actualizado una vez finalice el estado de alarma el próximo 9 de mayo.

El régimen de visitas de las personas residentes que no están en aislamiento se realizará con normalidad en todos los centros, si bien podrá modificarse en caso de que se detecten positivos por coronavirus, según ha anunciado la titular de Derechos Sociales y portavoz del Ejecutivo, Melania Álvarez, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno.

Además, se permitirán las salidas al entorno del centro, organizadas de acuerdo con un criterio de precaución, y también salidas de fin de semana, que serán puntuales y sin pernocta, una medida que podrá limitarse en caso de que el municipio se encuentre en situación de riesgo máximo por covid-19 (4+). "Nos mantenemos firmes en las medidas de protección, pero sin olvidar que los mayores y las personas con discapacidad necesitan recuperar su día a día y su contacto con familiares", ha subrayado Álvarez.

Las zonas comunes, salas de estar y de uso terapeútico, comedores y bibliotecas, entre otros espacios, recuperan su actividad habitual y solo se limitarán su utilización y aforo en caso de que se detecte algún contagio.

En cuanto a los ingresos, se normalizan los ordinarios y se exigirá a cada persona que solicite plaza una prueba PCR negativa realizada en un periodo no superior a 72 horas, aunque, en caso de que la persona no haya sido vacunada, tendrá que guardar aislamiento preventivo de 14 días y se le repetirá la PCR para comprobar el resultado negativo.

“Somos sensibles a la durísima situación que han atravesado las personas residentesy sus familias durante los últimos meses y conscientes del positivo cambio que ha supuesto el proceso de vacunación en las residencias y los centros darán un paso más hacia la normalidad que tanto ansiamos”, ha asegurado la consejera.

El Gobierno ha tomado esta decisión tras detectarse la última semana dos nuevos brotes de coronavirus en la red de residencias para mayores, en La Mixta y el Palacio de Caldones, ambas en Gijón, que suman once trabajadores afectados que no han desarrollado síntomas, aunque previamente estos centros habían acumulado más de cuarenta días sin nuevos brotes.

Ya el pasado 8 de marzo las residencias asturianas comenzaron a aplicar un protocolo de desescalada diseñado por Salud que permitía relajar de forma paulatina el régimen de visitas, ingresos y salidas de los centros a través de cinco fases, cada una con una duración mínima de una semana, determinadas por el riesgo de contagio en el concejo donde se ubique cada una.

Dicho protocolo, que contemplaba medidas aún más restrictivas sobre visitas o salidas para los usuarios que no se hubieran vacunado, fue cuestionado por las patronales del sector que pidieron una relajación de las restricciones "más amplia y más rápida" e incidieron en que la normativa estatal era más flexible dado el contexto generado por el cierre del proceso de inmunización.

Los fallecimientos por coronavirus en las residencias se redujeron en la tercera ola un 72 por ciento respecto a la primera gracias a la vacunación que se ha llevado a cabo entre usuarios y trabajadores de estos centros, un descenso que se inició a partir de la tercera semana de este año por la campaña de inmunización, que arrancó en ese ámbito el 27 de diciembre.

De hecho, el número de óbitos por coronavirus en centros geriátricos llegó a ser diez veces menor que el registrado fuera de ellos mientras que el número de casos positivos ha disminuido un 88 por ciento respecto a la primera ola y un 67 por ciento en comparación con la segunda.