Cáritas subraya la exclusión del empleo de las personas más vulnerables. El 12% de los hogares atendidos por Cáritas en 2020 tenían a algún miembro trabajando y no contaban con ingresos suficientes, por lo que acudieron a los servicios de acogida de la institución. El programa de empleo de Cáritas atendió en 2020 a 614 personas, 46 personas han logrado incorporarse al mercado laboral y otras 67 personas han encontrado un trabajo por su cuenta, durante el acompañamiento de Cáritas, un 40% menos que en 2019. Son datos que reflejan el bloqueo al empleo que han sufrido las personas en exclusión social, y es que durante 2020 las ofertas de empleo se han visto reducidas en un 22% con respecto a 2019 a consecuencia de la pandemia del coronavirus.

Como destaca Myriam Gozalo, responsable del programa de empleo de Cáritas, el rostro de las personas que acompaña el programa en el 2020 es de mujer en un 57%, el de las personas migrantes en un 73% y el de personas con bajo nivel de estudios en un 24%, además, ha bajado la media de edad de personas atendidas, con respecto a años anteriores. En 2019 el 60% eran mayores de 45 años y en 2020 era un 35%. Con estos datos, Myriam Gozalo destaca que hay que darle una vuelta a esta situación porque sino la tendencia es a empeorar. Además indice en la necesidad de personas que se dediquen al cuidado personal en su forma más humana, una reivindicación, señala, en la que hay que incidir.

Cáritas reivindica así mismo que el trabajo es el valor del futuro para todos, pide la mejora de sus condiciones, la erradicación del empleo precario y la distribución justa y digna del empleo y pone sobre la mesa: reconocer socialmente todos los trabajos de cuidado, articular de forma humanizadora el trabajo y el descanso, luchar por la defensa de los derechos humanos y desvincular los derechos y su disfrute efectivo de la tenencia y tipología de empleo y apostar por la economía social.