La bioquímica húngara Katalin Karikò y una de las galardonadas con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, y durante su intervención en el Teatro Campoamor, ha señalado que "hemos pasado años trabajando en tecnologías que a algunos les parecían poco convencionales y casi de ciencia ficción, pero compartíamos la inmensa creencia de que, si el resultado de nuestro trabajo podía mejorar la vida de al menos una persona, entonces habríamos tenido éxito". Karikò decía además que "es un gran alivio saber que las vacunas ya han protegido con éxito a millones de personas de los graves efectos de la COVID-19. Mientras trabajaba en mi mesa del laboratorio, solo soñaba con conseguir un impacto así".

Se ha mostrado muy agradecida, al igual que sus compañeros de galardón por recibir este Premio, aunque "solo somos representantes de los cientos de científicos, médicos y expertos que, durante las últimas décadas, han ayudado a sentar las bases de nuestro trabajo". Karikó destacaba además que es importante que sigamos haciéndonos preguntas y mantener viva la curiosidad.

Ha tenido además un recuerdo y agradecimiento para todos los trabajadores sanitarios en primera línea de batalla contra el coronavirus, siendo conscientes de los increibles riesgos que tuvieron que asumir para salvar a sus pacientes. Ha hablado del futuro: las posibilidades tecnológicas son infinitas: "ya estamos investigando formas de prevenir el VIH, la malaria, de reducir el cáncer y tratar muchas enfermedades. Lo sabemos, los enfermos están esperando".

La confianza de estos científicos, que se han llevado una gran ovación en el Teatro Campoamor, es inspirar a la próxima generación de científicos, médicos y trabajadores sanitarios. Anima a mantener la curiosidad, a hacerse preguntas y a mantener el rumbo sin importar cuán sinuoso pueda ser el camino por delante.