El Arzobispo de Oviedo, Monseñor Jesús Sanz Montes, ha abordado, este martes en la Misa Crismal, la crisis de los abusos sexuales, ante sacerdotes de la Diócesis, que han renovado sus promesas, y los fieles que han acudido a la Catedral de San Salvador de la capital asturiana.

Monseñor Sanz se ha mostrado implacable, ante “un terrible pecado y un gravísimo delito que tiene como víctimas a los más inocentes”. Y asegura que “cuando estos casos se dan, no los ocultamos e intentamos acometerlos con seriedad responsable”. Ha puesto como ejemplo, un caso asturiano, que “inmediatamente abordé hasta su condena y expulsión del Ministerio, firmada por el Papa Francisco sin titubear”, ha recordado el Arzobispo.

Monseñor Jesús Sanz ha censurado, también, “el chantaje que con cálculo estratégico se está orquestando contra la misma Iglesia” a cuenta de los abusos. Sólo 40 casos de los casi 45.000 que se han dado en España han sido perpetrados por sacerdotes. “Siendo pocos, son demasiados”, ha dicho el Arzobispo citando al Santo Padre, pero ha añadido que “estamos ante una desproporcionada atención mediática, cuya focalización pretende imputar tan solo a la comunidad cristiana”.

Por ello, “en la última Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, hemos establecido un protocolo para acompañar a las víctimas, que pueden ser los menores o los sacerdotes calumniosamente acusados”, ha contado Monseñor Sanz, que ha salido en defensa de “sacerdotes y obispos que viven con sencillez su Ministerio, que atienden a ancianos, familias, niños y jóvenes, enfermos y pobres”.

Así, el Arzobispo de Oviedo ha advertido que “si algún sacerdote comete este pecado y también delito, es algo terrible, pero no es la tónica ni la praxis de una Iglesia que sigue escribiendo, entre gozos y penas, su página histórica en estos días que nos corresponden”, ha zanjado.