El acuerdo se ha alcanzado en el Juzgado de lo Penal número 1 de Gijón, donde se ha celebrado el juicio en ausencia del acusado, que no compareció, después de que el Ministerio Público redujera su petición inicial de condena de un año y nueve meses de prisión.

La Fiscalía ha aplicado la atenuante muy cualificada de enfermedad psíquica para reducir la pena a 5 meses de prisión y otros 5 de libertad vigilada por el delito de desórdenes públicos y de tres meses y otros tres en libertad vigilada por el de amenazas.

El Ministerio Público ha pedido además que durante el tiempo de libertad vigilada se someta el acusado a tratamiento psiquiátrico externo con obligación de controles médicos para garantizar su cumplimiento.

La defensa, ejercida por una abogada del turno de oficio, ha aceptado los términos de las modificaciones introducidas por la Fiscalía en su escrito de acusación, y el juicio ha quedado visto para sentencia.

Durante la vista ha testificado la agente de Policía que realizó el atestado, así como los padres del acusado, que han declarado que su hijo ha sido diagnosticado de esquizofrenia paranoide pero no sigue el tratamiento establecido por los médicos, lo que le desestabiliza.

En su testimonio, el padre ha declarado que su hijo le amenazó de muerte, aunque ha desistido de reclamar algún tipo de compensación económica, por lo que la Fiscalía ha retirado su petición de una indemnización de mil euros por daños morales.

La acusación ha mantenido la reclamación de indemnizar con 475,84 euros al Ministerio del Interior por los gastos de los dispositivos policiales de seguridad que se movilizaron a raíz de los falsos avisos de explosivos.

Los hechos se produjeron el 18 de junio de 2018, sobre las 10.30 horas, cuando el acusado llamó a la Policía Municipal de Gijón diciendo que hablaba en nombre de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO).

En la llamada, alertaba de la colocación de un coche cargado de explosivos junto a la calle profesor Pérez Pimentel, en la casa de un empresario del que decía que era corrupto y que resultó ser su padre.

También anunciaba que había colocado otro artefacto explosivo en la sede del partido Foro Asturias, en la calle Begoña, de Gijón.

Además comunicaba que ambos artefactos estaban preparados para explotar en el plazo de dos horas y que mientras existieran empresarios "corruptos, fascistas y traficantes" y partidos como el PP y Foro Asturias, "que los cubren", la organización seguiría actuando.