Cuando rueda la pelota, este Sporting convence. En la semana de los topes salariales, de la necesidad de ajustes económicos y de las carencias por la escasa plantilla rojiblanca, el equipo de David Gallego despachó su mejor tarde de fútbol. No ganó, pero estuvo cerca. Su versión más convincente llegó en el campo de un favorito al ascenso, en una clara declaración de intenciones del Sporting, candidato a seguir junto a los mejores de Segunda.

El sportinguismo se ilusiona con su equipo con motivos reales. En Mallorca solamente faltó el gol. Los primeros minutos mostraron a un Sporting que sabe lo que hace, incisivo. Con Djuka jugando un formidable partido en el origen del fútbol de ataque y Manu García entrando en juego tras su periplo con la Sub-21, los de David Gallego generaron hasta cuatro oportunidades claras de gol a un rival que casi no sabe lo que es encajar (solo dos tantos en trece partidos). Falló el acierto, pero en Son Moix se vio a un Sporting fuerte, valiente y atrevido. Se podría citar a cualquier jugador rojiblanco para decir que estuvo muy bien.

En la segunda mitad hubo varias fases diferentes. Cuando el Mallorca empujaba a los sportinguistas hacia su área, los asturianos, defendiendo con orden, respondieron con casta para seguir lanzando zarpazos a la portería de Manolo Reina. El Mallorca jugaba más en campo rival, pero sin crearle peligro real a Mariño. La opción de una contra decisiva siempre estuvo presente para el conjunto de Gallego.

Tras trece jornadas, los argumentos del Sporting son convincentes: 24 puntos y hechuras de buen equipo. David Gallego le otorga el mérito a sus jugadores. Pero el entrenador se ha convertido ya en una de las mejores noticias que ha recibido el sportinguismo en los útimos tiempos.