Al Real Oviedo se le resiste la primera victoria de la temporada, aunque el punto en el Belmonte sabe bien, fruto del esfuerzo de un equipo que defendió el empate con solo ocho jugadores de campo. Femenías, el mejor del Oviedo, paró un penalti a Ortuño.

La tarde comenzó bien para los azules. Arribas adelantó pronto al equipo de Ziganda. Sin embargo, poco después, un balón a la espalda de la defensa provocó la expulsión del autor del gol. El Oviedo no perdió la cara al encuentro hasta el descanso.

En la segunda parte, todo fueron complicaciones. Las opciones del Oviedo se enfrentaban a continuos reveses. Primero, el gol del empate de Diamanká, tras un disparo que rozó en Tejera. A los pocos minutos, Nieto también fue expulsado, aunque Femenías impulsó la resistencia de un equipo que aguantó con nueve jugadores. Christian y Carlos Hernández jugaron sus primeros minutos de la temporada. El trabajo defensivo fue mayúsculo.

En el desigual once contra nueve, el Albacete solo creó una jugada de peligro. Femenías voló para taponar el remate de cabeza de Zozulia. Y en el último instante, la polémica en el Belmonte. Nahuel le quitó la pelota a Gorosito. Cuando Sangalli presentaba su candidatura al heroico gol de la victoria, el árbitro pitó una falta muy protestada.

El Oviedo sigue sin ganar, pierde a Arribas y Nieto para el derbi y repite la sensación de un partido que empezó mejor que como acabó. En el lado positivo, el equipo de Ziganda sale reforzado por su capacidad de resistencia, agigantada en el Carlos Belmonte.