Derrota de las que duelen. El Oviedo puso ante Las Palmas fin a su racha de diez encuentros sin caer y lo hizo de la forma más cruel; ante un rival directo, tras haberse adelantado en el partido y sin dar síntomas, en el tramo final del encuentro, de poder empatar.

La temporada estaba en juego en el Gran Canaria. Pese al arreón inicial de los locales, espoleados por el lleno del estadio, el Oviedo fue capaz de adelantarse a los seis minutos con un buen gol de Borja Sánchez. Los azules empezaban a encontrarse cómodos, pero a la media hora de juego, Moleiro, empató el partido con un golazo desde fuera del área. El equipo de Ziganda, por mediación de Brugman y de Javi Mier, tuvo ocasiones para volver a tomar la delantera.

En la segunda mitad, Jonathan Viera, de jugada individual, situó el 2-1 en el marcador. Desde entonces, fue un quiero y no puedo para los azules. Las Palmas, con una gran intensidad, impidió que los carbayones se acercasen al área. Únicamente Borja Bastón tuvo en sus botas el empate. Ziganda metió a toda su artillería, pero fue imposible. Con el Oviedo volcado, Pierre cometió una falta que significó la roja.

Ahora, al Oviedo, solamente le queda ganar al Ibiza en la última jornada y esperar una derrota de Las Palmas ante el Sporting o del Girona ante el Burgos. Si no, la temporada habrá tocado a su fin.