Un hombre de equipo, el pulmón del penúltimo ascenso, marcó dos goles en el Nuevo Arcángel en 2008. Su tarea, en la mayoría de domingos, era otra. Por eso aquel Día de Reyes no lo olvida Matabuena. “Recuerdo esos dos goles como si fuera ayer, yo no acostumbraba a marcar muchos”, responde el exjugador rojiblanco en Deportes COPE Asturias.

Sergio Matabuena florece como entrenador en la cantera de su Racing de Santander. El técnico cántabro aprende y enseña en el juvenil 'B'. “Disfruto mucho entrenando a los chicos, difruto con el proceso de aprendizaje”. Su experiencia en los campos le ayuda a discernir el tipo de fútbol que quiere: “Mis equipos tratan de hacer en lo defensivo lo que yo realizaba como jugador y, en lo ofensivo, hacer todo lo que yo no podía hacer y me habría gustado llevar a cabo”.

El incipiente entrenador se sirve del pasado, de su trabajo incansable en el verde, para divulgar su teoría en el banquillo. “Cuando estás en un equipo que lucha por la permanencia, pasas demasiado tiempo sin balón y llega a ser frustrante. Después de cada partido, cansado, pensaba: ¿qué se sentirá del otro lado, teniendo más el balón y disfrutando?”, expone el exfutbolista del Sporting. En los campos de La Albericia, sus pupilos también interiorizan al técnico que fue jugador. “El trabajo, la intensidad y la concentración tienen que estar en cada equipo, en todos los jugadores; es lo que más he mamado e intento que mis equipos también lo desarrollen”. Matabuena se despide y envía un abrazo a los sportinguistas. “El Sporting merece estar en Primera”.