El Molinón fue indulgente con el equipo. Sin nada en juego, con más de 11.000 aficionados en las gradas, los seguidores no mostraron un gran malestar contra los jugadores. Apenas hubo protestas durante la tarde. La apatía, una vez más, instalada en la grada. El emotivo minuto de silencio en memoria de Miguel Montes dio paso a un par de tramos con cánticos contra la directiva. Después, el árbitro centró el interés de la afición, que celebró las amarillas a los jugadores del Albacete para mofarse del colegiado. Al acabar el encuentro, un pequeño grupo de aficionados mostró al palco una pancarta contra el director deportivo, Miguel Torrecilla.