A finales de la semana pasada, Saúl Craviotto escribió un mensaje con su teléfono móvil. El destinatario fue el comisario jefe de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Gijón, Dámaso Colunga. “Le comenté la situación, que los Juegos Olímpicos peligraban, y que si necesitan hombres, gente, que cuente conmigo, que me pegue un toque, anulo la liberación de servicio y me pongo al servicio de la Policía para lo que haga falta”, reveló Craviotto en 'Radio Marca'.

“Tenemos que arrimar todos el hombro. Al no haber Juegos Olímpicos este verano, estaría encantado de ayudar en la calle”, contó el campeón olímpico afincado en Asturias.

El domingo, en Tiempo de Juego, Craviotto valoró la decisión del aplazamiento. "Mentiría si dijese que los Juegos no son importantes para mí. Son esenciales, son mi sueño, llevo cuatro años preparándolos. Tengo 35 años y que sean los últimos es una posibilidad muy alta. Además, todo apuntaba a que iba a ser el abanderado. Iban a ser unos Juegos muy especiales y ahora están en un segundo plano, solo pienso en lo que estamos viviendo en nuestro país”, explicó.

Saúl Craviotto hará un gran esfuerzo para estar en Tokio en 2021. “Si son el año que viene, va a ser el año más duro de mi vida porque me voy a dejar el alma para intentar ser el abanderado. Portar la bandera de mi país, con momentos tan complicados como los que estamos viviendo, sería una gran responsabilidad y un orgullo increíble. Esperemos que pase esto rápido porque lo estamos pasando muy mal", deseó Craviotto, que apeló a estar "unidos" para conseguirlo. El campéon olímpico reconoció estar "un poco agobiado" por cómo se están desarrollando los acontecimientos.