El carácter competitivo del Sporting le ha servido para solventar con nota su semana más complicada. Contra las bajas, un compromiso mayúsculo. Frente al sufrimiento, un trabajo defensivo sobresaliente. Así se explica el triunfo contra el Fuenlabrada en El Molinón (2-1).

No fue el Sporting mejor que su rival, pero el equipo de Gallego nunca pierde su estilo. Siempre está dispuesto a batallar. No se derrumba cuando parece que la resistencia decae. El Fuenla retó al Sporting a un partido físico, de presión alta. El conjunto rojiblanco fue de menos a más hasta que Djuka hizo el primero tras una gran jugada entre Javi Fuego y Nikola Cumic.

El 1-0 no era ninguna garantía. Ni siquiera el segundo tanto de Djuka -ya van 12, como Raúl de Tomás- parecía la sentencia. Al instante, el Fuenlabrada marcó al aprovechar Mula el rechace del penalti detenido por Christian Joel. 2-1 y un partido largo por delante.

Al Sporting le quedaba aferrarse a su capacidad de sufrimiento. Pudo evitarlo pero sus atacantes no acertaron dos contras que merecían el gol. El Fuenla se volcó en los instantes finales. El central Sotillos rozó el empate justo antes de que el Sporting celebrara la trabajada victoria.

El equipo de Gallego alcanza el ecuador del campeonato con una señas de identidad muy claras. Es tan reconocible como fiable. El Sporting suma 21 jornadas asentado entre los mejores, en la zona de ascenso. La semana post-covid se ha saldado con dos victorias y un empate. No parece sencillo bajar a este Sporting de donde se encuentra por méritos propios.