Hoy es el Día Mundial de la Parada Cardiaca. 30.000 personas mueren al año en España por esta causa. Solo el 5% de los pacientes sobrevive. Una maniobra de reanimación (RCP) eleva la supervivencia al 15%; y un desfibrilador, al 30. La resucitación cardiopulmonar realizada por testigos duplica e incluso cuadriplica la supervivencia. Pero solo una de cada 5 víctimas reciben una maniobra de RCP. La formación ciudadana y la ubicación estratégica de desfibriladores puede evitar más de la mitad de las muertes por parada cardiaca.

La Universidad de Zaragoza enseña hoy esta maniobra con talleres en la calle, frente a la Facultad de Educación. Más de 110 profesionales voluntarios muestran, de forma gratuita, técnicas de reanimación adulta y pediátrica.

Cada segundo cuenta. Cada minuto que pasa, la posibilidad de supervivencia disminuye un 10%. “Si la ambulancia tarde 2 o 3 minutos en vivir, las posibilidades se reducen un 30%”, explica Pilar Sánchez, adjunta de la UCI de Cirugía Cardiaca del Hospital Miguel Servet, quien insiste en que “no necesitamos nada más que nuestras manos para salvar una vida”. “El tiempo es oro, si presenciamos un paro cardiaco, hay que dar la voz de alerta, llamar al 061 y empezar rápidamente la RCP, no hay que hacer nada más, solo masaje cardiaco rápido y eficaz”, explica.

La maniobra se puede aprender a hacer en apenas 15 minutos. Con ella, se pueden evitar daños irreparables. Andrés Carrillo, jefe del Medicina Intesiva del Hospital Miguel Servet, asegura que “si alguien detecta una parada e inicia la maniobra rápidamente, las posibilidades de supervivencia pueden ser del 100% y, además, con calidad de vida”. Y es que “la mitad de los pacientes que salen con vida de la UCI tienen trastornos cognitivos y sus condiciones de volver a su vida familiar y laboral están muy deterioradas”.

Carrillo apuesta por llevar esta formación a las escuelas. “En Dinamarca, donde la información se da en los colegios, se ha duplicado la supervivencia”, asegura.

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