Este 12 de octubre es un Dia del Pilar diferente en Zaragoza. El más atípico de su historia y también, el más triste. En esta ocasión, los zaragozanos no inundan las calles con sus trajes regionales. Tampoco vemos a la Virgen del Pilar presidiendo la Plaza a la que da nombre y rodeada de toneladas de flores. El único acto que se ha mantenido, con un aforo del 50%, es la misa central de las 12 del mediodía presidida en la Basílica del Pilar por Don Vicente Jiménez. El hasta ahora Arzobispo de Zaragoza vive este 12 de octubre como administrador apostólico porque Carlos Manuel Escribano le va a sustituir en el cargo en noviembre. Un día por tanto, con mucha emoción para él en el que ha querido enviar un mensaje de amor por la Virgen del Pilar y de unidad y responsabilidad ante la pandemia.

"El comportamiento de los fieles es de admirar y alabar. Quiero felicitar a quienes se han acercado durante la novena y durante todo el tiempo de pandemia también hasta la Basílica de forma ejemplar y responsable", ha manifestado Don Vicente Jiménez. También ha querido reconocer la devoción de cientos de zaragozanos que en este año sin Ofrenda han dejado sus flores a la Virgen en la fachada de la Basilica.

OFRENDA IMPROVISADA EN LA FACHADA DE LA BASÍLICA

Por primera vez en la historia, desde que se celebra en 1958, se ha suspendido la Ofrenda a la Virgen aunque muchos zaragozanos se han acercado a dejar sus flores en la fachada de la Basílica en lo que ha sido una improvisada ofrenda bajo la escultura de Pablo Serrano.

"Hemos traído un clavel de forma representativa. Si hubiera habido aglomeraciones no lo hubieramos dejado, el clavel se hubiera vuelto a casa", nos decía un zaragozana que ha visitado en este 12 de octubre la Plaza del Pilar.

TRAJES Y TURISTAS

Algunos incluso se han animado a sacar del armario sus trajes de baturros. "Estamos viviendo este día con mucha emoción. Es especial para nosotras, siempre nos vestimos de baturras y este año, no podía ser menos", nos decía una joven.

"Es un año distinto, no hay tanta gente vestida como otros años pero hemos querido seguir manteniendo la tradición de llevar flores a la Virgen y tomarnos un chocolate con churros con nuestro abuelo", asegura otra joven zaragozana que demuestra que la tradición sigue muy viva entre las nuevas generaciones.

Los turistas aunque en menor medida tampoco han faltado. "Volvíamo de San Sebastián y hemos querido parar a ver la Basílica. Nos ha gustado mucho por dentro, pero es una pena ver a los zaragozanos vestidos con sus trajes regionales y la mascarilla puesta", nos comentaba una pareja de turistas.

Esta es también la primera vez en la historia que se suspenden todas las celebraciones. En 1928 con motivo de la gripe española se aplazaron, pero en esa ocasión acabaron celebrándose en mayo del año siguiente.

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