Ni Robbin Hood, ni Luis Candelas, en Aragón tenemos al Bandido Cucaracha. En realidad se llamaba Mariano Gavín Suñén y nació en Alcubierre en 1838 en plena Guerra Carlista. Cuenta la leyenda popular que el Bandido Cucaracha, llamado así, porque siembre vestía de negro, se dedicaba a robar a los ricos y repartir el botín entre la gente más necesitada.

Dicen que un día Mariano se encontraba en Castejón y se topó con un niño y le preguntó si llevaba dinero. El chaval le contestó que su madre sólo le dejaba llevar tres pesetas porque si llevaba más se las robaría el Bandido Cucaracha. El bandido, enfadado le contestó “dile a tu madre que el Cucaracha no roba a los pobres”.

Cuenta también la leyenda que un día El Cucaracha secuestró al rico Juan Ruata el cual tuvo que pagar 7000 duros por su liberación. También sitúan al bandolero en la Puebla de Alfinden. Dicen que mató dos viejas y flacas mulas del Tío Ramulla y que luego le dió dinero para que comprara otras dos.

El Cucaracha no estaba solo. Creó una banda de bandoleros que operaba sobre todo por la Sierra de Alcubierre. Junto con esta banda protagonizó varios encuentros con la Guardia Civil, de los que siempre salían victoriosos. Hasta que llegó el 28 de febrero de 1875. Estaban en Lanaja, una localidad de Huesca descansando en la paridera del pueblo. Dicen las malas lenguas que el boticario del pueblo envenenó el vino de los bandoleros. Circunstancia que aprovechó la Guardia Civil para tenderles una emboscada y matarlos a tiros.

Mariano Gavín pasó así a la historia como el bandido más famoso de Aragón. El Cucaracha es el protagonista de numerosas obras y expresiones culturales. Por ejemplo en 2015, Héctor Pisa y Juan Alonso presentaron EL Bandido Cucaracha, una película de animación y Los Titiriteros de Binéfar, llevan treinta años representando un espectáculo sobre este famoso bandido. Así que ya sabes a quién se refieren cuando alguien te diga que “eres más vivo que el Cucaracha”.

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