Benedicto XIII, más conocido como el Papa Luna, ha pasado a la historia por defender con tenacidad su legitimidad como Pontífice tras el cisma de Occidente. Su empeño, incluso cuando fue depuesto tras el concilio general de Constanza en 1417, es el origen de la popular frase “seguir en sus trece”.

El Museo Alma Mater rinde ahora homenaje a su figura con una exposición organizada por el Gobierno de Aragón y que lleva por título “El Papa Luna: saber, diplomacia y poder en la Europa Medieval”. Puede visitarse desde este viernes, 31 de julio, hasta el 2 de julio. La muestra conmemora el 600 aniversario de su muerte y reivindica su figura clave en la Historia y en la Iglesia Católica.

La muestra, comisariada por Germán Navarro y Pedro Luis Hernando, pretende enfatizar los vínculos establecidos en los albores del estado moderno entre Aragón y Europa a través de una cuidada selección de bienes sumamente expresivos sobre la naturaleza del poder y el saber del primer Renacimiento.

De este modo, se ponen en conocimiento del gran público las aportaciones realizadas en las últimas décadas de los especialistas más destacados en el estudio de la figura del papa Luna, algunas de las cuales quedan oportunamente recogidas en la correspondiente publicación.

Así, la exposición gira en torno a dos grandes bloques temáticos. El primero repasa la biografía de Pedro Martínez de Luna a lo largo de sus distintas etapas (formación, cardenal, legado papal, pontífice en Aviñón y en Peñíscola, sucesión...), subrayando las distintas conexiones que estableció con las mujeres y hombres más poderosos de su tiempo, desde cardenales como Pérez Calvillo, a los compromisarios que eligieron al rey Fernando I en Caspe, pasando por la reina Violante de Bar.

A continuación, se muestra el rico legado material e inmaterial generado por el propio pontífice, autor de diversos tratados sobre temas variados, entre los que destaca el Libro de las Consolaciones. Mecenas del saber y las artes, Pedro de Luna tuvo a su disposición la mayor biblioteca del mundo occidental de su época, que incrementó con numerosos encargos, que se suman a su activa promoción de las artes.

El arzobispo de Zaragoza, Monseñor Carlos Escribano asegura que es “un proyecto digno del carácter de Benedicto XII, como ejemplo positivo de la constancia, que no tozudez, de lo que significa mantenerse en sus trece”

Podremos ver 36 obras, algunas muy valiosas. Entre ellas hay orfebrería, manuscritos, retablos, documentación escrita, bulas papales, esculturas en piedra y madera, material arqueológico, obra gráfica y el propio cráneo del Papa Luna. Las obras proceden, entre otros, del Archivo de la Corona de Aragón, Patrimonio Nacional, El Escorial, el Museo Tyssen, el Arzobispado de Zaragoza, el archivo diocesano de Valencia, el capitular de Toledo o la Colegiata de Peñíscola.

El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha insistido en pedir al Vaticano que rehabilite la figura de este relevante aragonés, Pedro Martínez de Luna, oriundo de Illueca, y su formidable proyección sobre la cristiandad occidental. “Es un ejemplo de luminosidad y de patrimonio inmaterial de Aragón”, ha señalado.

Ha recordado que, en la visita que hizo a la Santa Sede en octubre de 2022, propuso al Papa que el Vaticano reabra un viejo debate para resarcir la figura de Benedicto XIII, al que se le terminó considerando un hereje, símbolo de uno de los momentos más delicados de la Iglesia; el cisma de Occidente.

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