La variante Ómicron ha llegado a España y con ella la incertidumbre de si se convertirá en la cepa predominante y cuál será su virulencia. El profesor de investigación Luis Enjuanes, jefe del Laboratorio de Coronavirus de Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, cree que en "un poco pronto" para sacar conclusiones. "No conocemos el número de casos y ya tenemos experiencia con otras cepas, que parecía que se iban a establecer y se armó mucho revuelo, como la de Lleida", advierte. "No tenemos suficiente información para saber si es una estirpe del virus que compite muy bien, es posible porque ha incorporado 32 mutaciones en zonas muy críticas para unirse unirse a las células, pero necesitamos 2 semanas o incluso 3 para tener más datos", asegura este experto.

Lo que sí parece cada vez más claro es que el virus ha venido para quedarse y, en el mejor de los casos, convertirse en estacional de una forma similar a la gripe y, si es así, "habrá que vacunarse anualmente". El motivo es doble. Por un lado, porque "el virus cambia constantemente y hay que prepararse para la cepa siguiente"; y, por otra parte, "estamos ante un virus respiratorio y la inmunidad en mucosas, que son tejidos abiertos al exterior, es de corta duración".

Con esta situación, Enjuanes tiene claro que hay que mantener las medidas de prevención, como la limpieza de manos, la distancia social, la ventilación o las mascarillas, que "bien usadas protegen en un 85% frente al virus". Pero, sobre todo, la vacunación, que es "la campeona de todas las medidas". "Si te ofrecen la tercera dosis, no lo dudes, yo estoy deseando ponérmela", asegura este experto.

En este sentido, el jefe de laboratorio de Coronavirus del CSIC, invita a combatir los bulos y a convencer a los antivacunas con datos y científicos. "Los números son escandolosos, es un error, es deconocer la historia de la Medicina y lo que han supuesto vacunas como la del sarampión, la polio o la viruela", señala.

Enjuanes también ha puesto el foco en el "error" que han cometido los países desarrollados al no contribuir lo sificiente para que la vacunación avance también en los países más pobres. "No es solo un error ético, es una torpeza para nosotros mismos y lo estamos pagando, ya tenemos dos variantes que vienen de allí y no sabemos la peligrosidad de Omycron; si hubiéramos vacunado más en África lo habríamos parado", asegura.

VACUNAS ESPAÑOLAS

En el CSIC se están ensayando en estos momentos al menos cinco vacunas. Se ha oído hablar mucho de tres de ellas, precisamente una de las cuales es la que está desarrollando el equipo del profesor Enjuanes. Se trata de un vial inhaladado, que se ha probado ya con ratones humanizados y podría estar lista a finales de 2022. "Vamos a necesitar tiempo para saber si es efectiva ante esta nueva variante Ómicron", reconoce. Llevan 35 años trabajando con el coronavirus y esta vacuna es "más compleja pero más potente" que otras que están desarrollo, aunque va "más lenta".

Además, el hecho de que sea inhalada, que es una ventaja porque actúa de forma local en la zona por donde entra la infección, la convierte en más atípica y, por tanto, puede tardar más en conseguir los permisos, por lo que Enjuanes y su equipo trabajan también en una versión intramuscular.

En el mismo departamento del Centro Nacional de Biotecnología de Madrid, el profesor Mariano Esteban trabaja en otra vacuna "muy potente". Además, en el Centro de Investigaciones Biológicas, el profesor Vicente Larraga trabaja en otra "no tan potente" pero con una gran ventaja: "es la más económica". "Está basada en DNA y es hiperestable, puede mantenerse en agua a temperatura ambiente". explica Enjuanes.

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