Ya han comenzado los trabajos previos para la reforma de la plaza de Santa Engracia. El plazo de ejecución es de 4 meses y el presupuesto asciende a 700.000 euros. El objetivo es convertir la plaza en un lugar peatonal y accesible. Además, albergará un espacio dedicado a las víctimas del COVID.

Las primeras actuaciones se centran en el desmontaje de la señalización y retirada de los aparcabicis y mobiliario, que desaparecerán con la remodelación, y en la realización de las catas.

El proyecto ha incorporado las sugerencias planteadas por Patrimonio para crear un entorno armónico con la basílica y el resto de edificios de interés de la plaza. El Ayuntamiento está trabajando en la propuesta que elevará a la Comisión de Patrimonio para consensuar los detalles del espacio dedicado a las víctimas del COVID. El alcalde Jorge Azcón, ha dicho que “ese pequeño recordatorio será acorde con la plaza”. Y ha añadido que “se respetará la fachada de la basílica de Santa Engracia”.

La reforma de Santa Engracia se va a realizar en base a criterios de accesibilidad y ambientales, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. Se intervendrá sobre una superficie de 2.600 metros cuadrados que pasarán a ser de plataforma única, eliminando los problemas de accesibilidad que actualmente plantean la glorieta central y las aceras.

Se actuará también en los pasos de peatones de las calles que conectan con la plaza y se colocarán bandas de señalización en las zonas de cruce peatonal preferente para evitar que las personas con discapacidad visual puedan desorientarse en su interior. El pavimento en relieve se combinará con líneas direccionales de granito negro, que ofrecen mayor contraste y visibilidad.

“La plaza va a ser para los peatones, pero no solo eso, sino que también estará adaptada a todas aquellas personas que tengan problemas de accesibilidad o movilidad”, ha subrayado Azcón.

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