Esta Semana Santa ha sido atípica en el Pirineo ya que continúa vigente el confinamiento perimetral de Aragón que impide la llegada de visitantes de fuera de la comunidad autónoma. No obstante, se ha visto mucho movimiento en los valles pirenaicos "principalmente de personas que cuentan con segundas residencias y de otras que realizan el viaje en el día para realizar una actividad", explica el presidente de la Asociación Turística del Valle del Aragón, Luis Terrén. A su vez, destaca que "las terrazas, bares y restaurantes han trabajado bien" y los grandes alojamientos "todavía no tienen garantizado el trabajo con el cierre perimetral de Aragón por lo que son los pequeños los que están abiertos y, en estos días, su ocupación ha rondado el 30%".
Los aragoneses que se han desplazado al Pirineo "han podido disfrutar de la montaña y de la naturaleza y de nuestra oferta patrimonial. Prueba de ello es que ha habido mucha gente que ha llenado los aforos para las visitas a la Estación Internacional de Canfranc, a la Cueva de las Güixas de Villanúa o a la Ciudadela de Jaca", señala. Además, "el tiempo ha acompañado". Terrén espera y confía en que los datos sanitarios sigan siendo buenos después de la Semana Santa y así se siga mirando con optimismo el verano.