La localidad de Sallent de Gallego ha vuelto a recordar este 20 de agosto a los guardias civiles Irene Fernández Perea, de 32 años, y José Ángel de Jesús Encinas, de 22, que fueron asesinados por la banda terrorista ETA hace justo 20 años al hacer estallar una bomba lapa colocada en los bajos del vehículo con el que se disponían a iniciar su ronda diaria.
Debido a la pandemia, este año el homenaje se ha centralizado en una eucaristía oficiada por el obispo de Huesca y Jaca Don Juán Ruíz Martorell en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, marcada por el aforo limitado obligado por las circunstancia sanitarias, y en la ofrenda floral en el lugar del atentado con la presencia de la delegada y subdelegada el Gobierno en Aragón y Huesca, Pilar Alegría e Isabel Blasco, respectivamente, el coronel jefe de la Guardia Cicil en Huesca Francisco Pulido y familiares de las victimas. Jesús Gericó, alcalde de Sallet, ha recordado en Cope lo que supuso este atentado para la localidad.