Un grupo escultórico en bronce, ubicado en la Plaza Lizana de Huesca, rememora la labor del padre Saturnino López Novoa, fundador de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, quienes, por otra parte, han adquirido la casa en la que vivió para hacer de ella un museo.

La escultura, realizada en bronce en un taller catalán, representa al padre Saturnino López Novoa acogiendo a un anciano. Con ello, se trata de recordar y de poner en valor la labor que realizó y su presencia en Huesca, entre 1862 y 1905. José María Nasarre es delegado de Patrimonio de la Diócesis de Huesca y ha apuntado que “las Hermnanitas tienen una extensión intensa y extensa por 17 países y por todas las provincias y diócesis españolas” y “su tarea no es antigua, sino que es actual y permanente como es la atención a la ancianidad y es lo que se ha querido recordar”. Se ha hecho en la Plaza Lizana, porque “allí en el número 12 está la casa en la que el padre fundador vivió en el tiempo en el que estuvo en Huesca”.

La estatua no sólo sirve para rememorar la labor de Saturnino López Novoa, también coincide con el 50 aniversario de la presencia de las Hermanitas en Huesca. “La fundación tiene muchos años, pero en Huesca hasta 1971 no se establecieron las Hermanitas”, ha informado Nasarre.

Con estos objetivos, las Hermanitas de los Ancianos Desamparados solicitaron al Ayuntamiento de Huesca autorización para la colocación del grupo escultórico en la Plaza Lizana, ya que en el número 12 de esa plaza vivió el padre fundador. Las Hermanitas han adquirido dicha vivienda y quieren hacer de ella un museo.