El sector turístico y empresarial de la provincia de Huesca ha criticado duramente la decisión de Aramón de no abrir las estaciones (Formigal- Panticosa, Cerler y las turolenses Javalmbre y Valdelinares). Es más, considera que el grupo debería haber seguido el ejemplo de Astún y abrir para, por lo menos, ofrecer un mínimo de trabajo en el territorio.

Aramón dice que para lo que queda de temporada, los ingresos no serán suficientes pero lo que no volverá ya son los ingresos que genera el turismo de nieve en las zonas afectadas. Las pérdidas son incalculables en municipios como Sallent de Gállego, Jaca, Benasque, Biescas y muchas otras localidades. El impacto en el empleo es también notable, con incrementos de las cifras del paro superiores al 51% en la comarca de la Ribagorza y que rebasan ampliamente el 30% en el Alto Gállego y La Jacetania. El drama que viven los negocios se traduce en la pérdida de mil empleos directos y otros 12.000 indirectos, que es lo que genera esta actividad cada año. Sólo el deporte blanco supone 200 millones en ingresos y el 10% del PIB de la provincia de Huesca.

Por eso, las asociaciones empresariales piensan que Aramón tendría que haber echado una mano.

Ante esta situación, exigen “sin demora” ayudas urgentes y un ingreso básico de subsistencia.

Malestar también en las estaciones turolenses de Javalambre y Valdelinares, al igual que en los municipios que dependen económicamente de ellas. Para la alcaldesa de Linares de Mora debían haberse abierto las estaciones manteniendo las medidas de seguridad. Además, defiende que se tenía que haber conveniado con el gobierno de la generalitat valenciana un corredor seguro para que el principal foco de turistas hubiese podido generar actividad económica.