Especialistas en Salud Mental alertan de que la pandemia está teniendo repercusiones adicionales en la salud mental de las personas. Es una de las afirmaciones que se ha desprendido del manifiesto al que hoy han dado lectura en Huesca representantes de la Sociedad Aragonesa y Riojana de Psiquiatría (SARP), del Servicio de Salud Mental de Huesca y de Arcadia (Fundación Agustín Serrate), coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la Salud Mental.

Este día se celebra en un momento en que “nuestras vidas cotidianas se han visto considerablemente alteradas como consecuencia de la pandemia de COVID- 19, han apuntado los organizadores del acto a través del manifiesto, en el que han subrayado que “la salud mental es una de las áreas más desatendidas de la salud pública”. Cerca de 100 millones de personas viven con un trastorno mental, 3 millones mueren por el consumo nocivo de alcohol y una persona se suicida cada 40 segundos, y “ahora miles de millones de personas de todo el mundo se han visto afectadas por la pandemia de COVID-19 que está teniendo repercusiones adicionales en la salud mental de las personas”.

Una de las reivindicaciones pasa porque los planes nacionales y regionales de salud pública contemplar la atención de los pacientes graves psicóticos y consignar en los presupuestos los gastos que ello comporta, ya que “si el objetivo es mejorar la calidad de vida de estos enfermos, se debe edificar de nuevo la Atención primaria y reformar los programas de estudio en las facultades de la SALUD”. Entienden que se debe priorizar la atención temprana y los servicios que incluyan al paciente en la sociedad.

Asimismo, han destacado que el estigma, la discriminación y las violaciones de los derechos que sufren las personas que padecen malestar psíquico y sus familias son intensos y que “estos fenómenos son consecuencia de una percepción llena de prejuicios”. Así, consideran que ”la prevención y el tratamiento adecuado esperamos determine un cambio en la percepción de la enfermedad mental. Los recursos económicos son escasos, pero sin bienestar mental y social no habrá salud”.

El objetivo es revertir los datos que aporta la OMS que afirma que en los próximos años los trastornos mentales serán la principal causa de discapacidad en el mundo.